lunes, 27 de junio de 2011

La toxicidad de los aditivos antidetonantes de la gasolina

(PL 55) TRABAJO Y SALUD. TS-Manganeso.doc. Manuel Domene. Palabras: 2090

Subtítulo:
El TMM es una neuro-toxina con efectos similares a los del plomo

Entradita:
Mientras que la gasolina con plomo está siendo eliminada en todo el mundo, otra neuro-toxina se está comercializando como sustituta del plomo. Crece la preocupación sobre los potenciales efectos negativos sobre la salud y el ambiente del nuevo aditivo MMT (Methylcyclopentadienyl Manganese Tricarbonyl). A partir de la experiencia global con el plomo, la pregunta es si existe información suficiente para aplicar el principio de precaución al uso del TMM (según la sigla española). Por lo pronto, son muchísimos los oficios afectados, que concretamos en el de gasolinero... Como dicen algunos marketinianos, “la vida es demasiado corta para equivocarse de trabajo”.


Fue en el ya lejano 1957 cuando se inicia la comercialización, como alternativa al plomo, de otro compuesto organo-metálico a partir de manganeso, uno de los elementos más abundantes de la corteza terrestre, que está presente en un centenar de minerales, al menos.
Este producto cuyo nombre es tricarbonilo metilciclopentadienil de manganeso fue en ese momento una alternativa complementaria al uso de los mejoradores de octano (octane improvers) a partir de plomo. El TMM se ha utilizado como aditivo del fuel-oil, como inhibidor de humos y como antidetonante en gasolinas. Además, con el TMM se consigue una reducción del consumo de crudo, resultado del requerimiento de menor octanaje del refinado.
Existen otras aplicaciones industriales. El manganeso se utiliza en la producción del acero como reactivo para reducir el oxígeno y el azufre, y como agente de aleación para la fabricación de aceros especiales, aluminio y cobre. En la industria química se utiliza como agente oxidante y para la producción de permanganato de potasio y otros productos químicos derivados del manganeso. Además, se utiliza como recubrimiento de electrodos en varillas de soldadura, en los trituradores de rocas y en las agujas y cambios de vía de los ferrocarriles. También se emplea en la fabricación de cerámica, cerillas, vidrio y tintes. Algunas sales de manganeso se utilizan como fertilizantes o en la fabricación de vidrio, como decolorantes de textiles y en el curtido de pieles.

Riesgos para la salud
·Absorción, distribución y excreción
En situaciones laborales, el manganeso se absorbe principalmente por inhalación. Al torrente sanguíneo sólo llegan las partículas suficientemente pequeñas para alcanzar el alvéolo pulmonar. Las partículas de mayor tamaño inhaladas pueden ser depuradas por las vías respiratorias y deglutidas (sistema digestivo). El manganeso también puede llegar al aparato digestivo a través de los alimentos o del agua contaminada. La absorción de manganeso a través de la piel puede considerarse inapreciable.
El manganeso absorbido se elimina rápidamente de la sangre y se distribuye principalmente en el hígado. El exceso de metal se puede distribuir en otros tejidos, como los riñones, el intestino delgado, las glándulas endocrinas y los huesos.
El manganeso atraviesa las barreras hemato-encefálica y placentaria, habiéndose observado concentraciones más elevadas del metal en las zonas más pigmentadas del organismo, como son la
retina, la conjuntiva pigmentada y la piel morena.
La latencia biológica del manganeso es de 36 a 41 días, pero en el caso del manganeso depositado en el cerebro, es considerablemente mayor. El compuesto orgánico TMM se metaboliza rápidamente en el organismo. La bilis constituye la principal vía de excreción del manganeso, por lo que se elimina casi completamente en las heces.
·Fuentes de exposición
Se producen intoxicaciones por manganeso en la minería y en la industria de transformación del mineral, en la producción de aleaciones de manganeso y en la fabricación de pilas secas, electrodos para soldadura, barnices y baldosas cerámicas.
Los trabajos de minería presentan el mayor riesgo profesional. Las operaciones que producen las mayores concentraciones de polvo de dióxido de manganeso son las de triturado y pega de barrenos. La toxicidad de los distintos compuestos de manganeso parece depender del tipo de ion manganeso y de su estado de oxidación: cuanto menos oxidado esté el compuesto, mayor será su toxicidad.
·Intoxicación crónica por manganeso (manganismo)
La intoxicación crónica por manganeso puede tener manifestaciones
nerviosas o pulmonares. Si afecta al sistema nervioso, se pueden distinguir tres fases. Durante el período inicial, es difícil diagnosticar la intoxicación. El diagnóstico precoz es vital, ya que la interrupción de la exposición parece frenar eficazmente el curso de la enfermedad.
Los síntomas de esta fase son: indiferencia y apatía, somnolencia, pérdida de apetito, cefalea, vértigo y astenia. También pueden existir accesos de excitabilidad, dificultades para caminar y de coordinación, calambres y dolor de espalda. Todos estos síntomas pueden presentarse en diferentes grados y aparecer simultáneamente o aislados, y marcan el comienzo de la enfermedad.
La fase intermedia se caracteriza por la aparición de síntomas objetivos. En primer lugar, la voz se torna monótona y se convierte en un susurro, el habla es lenta e irregular, en ocasiones con tartamudeo. La expresión del rostro es impasible y sonriente o aturdida y vacía, lo que puede atribuirse a un aumento de tono de los músculos faciales. De repente, el paciente puede romper a reír o, más raramente, a llorar. Aunque sus facultades están muy disminuidas, parece que se encuentra en un estado perpetuo de euforia. Los gestos son lentos y toscos; la marcha es normal, pero puede existir un movimiento de vaivén en los brazos. El paciente es incapaz de correr y tiene grandes dificultades para caminar hacia atrás, en ocasiones con retropulsión. Se puede desarrollar una dificultad para realizar movimientos alternos rápidos, aunque el examen neurológico no suele revelar ninguna alteración salvo, en ciertos casos, hiperreflexia patelar.
En pocos meses, el estado del paciente se deteriora notablemente y las distintas alteraciones, en especial las que afectan la marcha, se van acentuando progresivamente. El síntoma más precoz y evidente en esta fase es la rigidez muscular, que es constante aunque de grado variable, y determina una forma de caminar muy característica (lenta, espasmódica o inestable), en la que el paciente carga el peso sobre el metatarso y produce un movimiento que se ha descrito como “marcha de pollo”. El paciente es absolutamente incapaz de caminar hacia atrás y, si lo intenta, se cae; al juntar los pies, tiene una gran dificultad para guardar el equilibrio y sólo puede girar muy lentamente. Puede existir temblor, frecuentemente en las extremidades inferiores, aunque en ocasiones es generalizado.
Los reflejos tendinosos, que rara vez son normales, aparecen aumentados. A veces existen alteraciones vasomotoras con sudoración súbita, palidez o enrojecimiento; también, ocasionalmente, el paciente puede presentar cianosis (color azulado) en las extremidades.
La mente del paciente trabaja con gran lentitud; su escritura se torna irregular, hasta el punto de que algunas palabras son ilegibles. Puede haber alteraciones de la frecuencia cardíaca. En esta fase, la enfermedad se vuelve progresiva e irreversible.
La forma pulmonar de la enfermedad suele conducir a “neumoconiosis por manganeso”. También se han descrito neumonías por manganeso. La correlación entre la neumonía y el manganeso no está bien establecida, aunque, en cualquier caso, éste actuará como un factor de agravamiento de cualquier dolencia respiratoria.
·Diagnóstico
El diagnóstico de la enfermedad se basa principalmente en los antecedentes personales y laborales del paciente (el tipo de trabajo, la duración de la exposición, etc.). Sin embargo, la naturaleza subjetiva de los síntomas iniciales dificulta el diagnóstico precoz de la enfermedad, tan importante para preservar la calidad de vida del paciente. Por otra parte, puede ser difícil distinguir entre la intoxicación por manganeso y otras enfermedades, como la sífilis nerviosa, la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple, la enfermedad de Wilson, la cirrosis hepática y la enfermedad de Westphal-Strümpell (pseudoesclerosis).

Medidas de salud y seguridad
La prevención de la intoxicación por manganeso consiste básicamente en suprimir los polvos y humos de este metal, evitando el contacto con todas sus formas, presentaciones o combinaciones (recordemos que una de ellas –motivo de este artículo- es la gasolina). En las minas, se debe sustituir el barrenado en seco por métodos de perforación en húmedo. Las pegas con explosivos se realizarán al final de la jornada laboral, para poder ventilar la zona antes de que comience a trabajar el nuevo turno. Además, es necesario un buen sistema de ventilación general. En determinadas situaciones laborales, deberán utilizarse equipos de protección respiratoria con suministro de aire o respiradores autónomos, a fin de evitar una exposición excesiva de corta duración.
Es esencial un alto grado de higiene personal, así como instalaciones sanitarias adecuadas; se debe proporcionar a los trabajadores ropa de trabajo y tiempo para que, obligatoriamente, se
duchen y se cambien de ropa al final de la jornada laboral.
También deberá estar prohibido comer y fumar en el lugar de trabajo. Es importante realizar determinaciones periódicas de los niveles de exposición, prestando especial atención a la distribución por tamaños de las partículas de manganeso en el ambiente.
Otra fuente potencial de exposición que debe considerarse es la contaminación de los alimentos y el agua potable, así como los hábitos de alimentación de los trabajadores. No se recomienda emplear a trabajadores con trastornos psicológicos o neurológicos en trabajos relacionados con la exposición al manganeso. Las carencias nutricionales pueden predisponer a la anemia y, por tanto, aumentar la susceptibilidad al manganeso. Por este motivo, los trabajadores que presenten este tipo de deficiencias deberán mantenerse bajo estricta vigilancia. Las personas que padezcan estados anémicos deberán evitar la exposición al manganeso mientras persista esa situación. Lo mismo ocurre con las personas que padecen lesiones de los órganos excretores o procesos respiratorios obstructivos crónicos. Un estudio indica que la exposición prolongada al manganeso puede contribuir al desarrollo de neumopatías crónicas de carácter obstructivo, sobre todo si la exposición se asocia con el hábito de fumar. Por otro lado, los pulmones dañados pueden ser más susceptibles a los efectos agudos potenciales de los aerosoles de manganeso.
La vigilancia de la salud supone que el trabajador deberá someterse a una exploración clínica que permitirá detectar alteraciones psicomotoras y signos neurológicos precoces. El manganeso puede determinarse en sangre, orina, heces y pelo. Con todo, la valoración de la exposición de los trabajadores al manganeso se sigue realizando a partir de los niveles de manganeso en el ambiente. Además, existe muy poca información fidedigna sobre la correlación entre el nivel de manganeso en la sangre y la orina y el desarrollo de signos y síntomas neurológicos.
Como medida cautelar, las personas que presenten signos de intoxicación por manganeso deberán retirarse de la fuente de exposición. Si esta separación del trabajador se realiza inmediatamente después de la aparición de los síntomas (antes de que se instaure un estado patente de manganismo), muchos de los signos y síntomas remitirán. Con todo, pueden quedar algunas alteraciones residuales, especialmente en el habla y en la deambulación.

© Manuel Domene Cintas. Periodista.

DESPIECE
Plomo: alteraciones cognitivas
El manganeso como antidetonante para las gasolinas viene a sustituir a un viejo conocido, también nocivo, como es el plomo. El principal riesgo del plomo es su toxicidad, causa de una de las enfermedades profesionales más importantes. Son muchas las profesiones en las que puede haber una exposición al plomo.
La principal vía de entrada es el aparato respiratorio. El grado de absorción depende de la proporción de polvo en forma de partículas de un tamaño inferior a 5 micras y del volumen/minuto respiratorio del trabajador. Una mala higiene en el trabajo o el hábito de fumar durante el mismo (contaminación del tabaco o de las manos) pueden aumentar considerablemente la exposición, sobre todo por vía oral.
El plomo interfiere con la función celular normal y con varios procesos fisiológicos. Cabe destacar que el destino más sensible de intoxicación por plomo es el sistema nervioso. Los efectos de la intoxicación por plomo se manifiestan en cambios de conducta sutiles, fatiga y problemas de concentración. La intoxicación grave puede desencadenar una encefalopatía, que puede producir, de forma repentina, convulsiones, alteraciones de la consciencia, coma y la muerte. Las lesiones del sistema nervioso periférico afectan claramente a las funciones motrices. La intoxicación por plomo también genera desórdenes hematológicos (anemia), renales (nefropatía) y del sistema endocrino.

Pie de foto Petrol_pump1:
Para el portal alemán de empleo Jobsintown.de, el de gasolinero no es uno de los mejores empleos. Su slogan: “La vida es muy corta para equivocarse de trabajo”

Pie de foto Petrol_pump2:
Este gesto tan habitual para millones de ciudadanos no es saludable. La causa: los aerosoles de compuestos organo-metálicos, a base de plomo o manganeso, presentes en las gasolinas

Pie de foto Petrol_pump3:
La manipulación de combustibles y otros productos químicos peligrosos requiere conocimientos y, sobre todo, equipo de protección adecuado. (Foto gentileza de Showa)

El síndrome de las palomitas de maíz

(PL 54) TRABAJO y SALUD. TS-Diacetil.doc. Manuel Domene. Enero de 2008. Palabras: 3581

El diacetil es el ingrediente tóxico

El 7 de noviembre, la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines (UITA), emitió un comunicado de prensa encareciendo la adopción de acciones urgentes para controlar el uso del diacetil, una sustancia química potenciadora del sabor de los  alimentos. Las pruebas han vinculado al diacetil con la dolencia pulmonar, bronquiolitis obliterante, que ha afectado a numerosos trabajadores/as expuestos a la sustancia en cuestión en la industria alimentaria. El síndrome se constata inicialmente en la industria de las palomitas de maíz, por lo que me ha parecido adecuado calificarlo como “síndrome del pop-corn”.

El síndrome está llegando, y no sabemos si lo hace para quedarse unos años, ya que el problema está en fase emergente. Lo sensato es la evaluación del riesgo (allí donde se sospeche que existe) y promover la información, que constituye el objetivo de este artículo, pues sin información no hay prevención.
Para la UITA es evidente la asociación entre diacetil y la enfermedad respiratoria, y está realizando una gran encuesta para conocer la experiencia de sus miembros en el lugar de trabajo.

Nombre: diacetil
El diacetil es una sustancia química con la estructura molecular C4H6O2, designada Butanedione o 2,3-butanedione, según la nomenclatura normalizada de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC, por su sigla en inglés). El diacetil existe de forma natural como resultado de algunos procesos de fermentación y, por lo tanto, está presente en ciertas cervezas, vinos y productos lácteos.
Sin embargo, es la utilización del diacetil como un saborizante sintético de alimentos, más que el diacetil que existe de forma natural, la que ha suscitado graves inquietudes respecto a la salud. El diacetil sintetizado artificialmente se ha venido usando durante décadas como un ingrediente saborizante de alimentos, pero contadas veces, o nunca, se le identifica específicamente. Utilizado sólo o en combinación con otros ingredientes químicos para producir un sabor artificial de mantequilla, se le describe por lo general en la etiqueta del producto como ‘sabor artificial’ o ‘sabor artificial de mantequilla’. Los trabajadores de la industria alimentaria manipulan corrientemente esta sustancia, bajo la forma de un líquido amarillento, en las diversas etapas de mezcla durante la producción, aunque los riesgos de inhalar los vapores no quedan limitados al proceso de mezcla.

Usos del diacetil
El diacetil manufacturado se usa en una amplia variedad de saborizantes de alimentos empleados en la producción de alimentos congelados y entremeses (incluyendo palomitas de maíz para microondas, chips, snacks y aperitivos), confituras, comidas pre-cocidas, productos lácteos (abarcando quesos procesados, crema agria y requesón), preparados comerciales para hornear, glaseados, aderezos para ensaladas, salsas, marinadas y otros alimentos y bebidas elaborados.
Mientras que estudios recientes de Estados Unidos se han centrado en el impacto sobre los trabajadores empleados en la elaboración de las palomitas de maíz con microondas, el diacetil se emplea, de modo general –como se ha dicho- en comidas congeladas, pastelería, productos horneados, derivados lácteos, masas para panadería y otros alimentos preparados.
El diacetil raramente se identifica como un ingrediente específico de los alimentos preparados, apareciendo con otros productos químicos bajo la definición genérica de “sabor artificial”. Debido a un vacío legal de regulación y etiquetaje, el alcance de la exposición laboral en la industria alimentaria mundial es una incógnita a día de hoy. Algunas estimaciones científicas señalan que el diacetil se está empleando en Estados Unidos en más de 6.000 productos comerciales. ¿Estamos ante un problema-iceberg de salud laboral?

La exposición
La exposición es un factor determinante cuando se trata de sustancias peligrosas. Toda prevención pasa, en primer lugar, por saber si se está trabajando con diacetil.
El diacetil es un líquido amarillento que, generalmente, se mezcla con otros ingredientes para producir un aromatizante con sabor a mantequilla u otros sabores. Éstos se usan en una variedad de productos alimenticios. En caso de duda, la  primera medida será leer las etiquetas de los recipientes y pedir una Ficha de Datos de Seguridad (FDS), que deberá incluir el diacetil en la sección 2, con el número 431-03-8 del Servicio de Resumen Químico (CAS, por sus
siglas en inglés). La Norma de Comunicación de Sustancias
Peligrosas de Cal/OSHA (Título 8, Sección 5194), vigente en Estados Unidos, exige que el empresario informe a los trabajadores si están usando diacetil, y que les dé formación sobre los peligros para la salud y cómo usarlo de manera segura.
El diacetil entra en el cuerpo cuando se respira aire que contiene vapores, gotas en suspensión o polvo de diacetil. El riesgo para la salud depende de la cantidad inspirada, que vendrá condicionada, entre otras cosas, por la cantidad o concentración que haya en el aire, así como por el tiempo de exposición.
Un estudio ha permitido constatar que la cantidad de exposición es menor en las plantas de producción de diacetil que en las de elaboración de las palomitas de maíz, donde también se han identificado otras sustancias que pueden favorecer el síndrome de bronquiolitis obliterante.
Junto al conocimiento de la sustancia y sus riesgos implícitos, otra media de prevención básica es reducir la exposición a este aditivo. Las opciones son diversas:
-Sustitución. Pueden usarse ingredientes aromatizantes menos peligrosos en la medida de lo posible, comprobando que los sustitutos sean seguros.
-Procesos de producción cerrada. Deberá evitarse el manejo de recipientes abiertos de diacetil y otros ingredientes aromatizantes.
-Ventilación. Es imprescindible contar con un sistema de extracción de contaminantes para mantener la concentración de diacetil en el aire a su nivel más bajo posible. Aún no se ha podido determinar el nivel de exposición segura.
-Protección respiratoria. Se deben usar respiradores hasta que se haya comprobado la efectividad de la ventilación y otros controles. En este sentido, hay que subrayar que deben emplearse equipos de protección respiratoria certificados, con cartuchos de vapor orgánico y filtros de partículas, o respiradores con suministro independiente de aire.
-Protección de la piel y los ojos. Las empresas deben proporcionar guantes, gafas protectoras, y otros equipos de protección.

Algunas evidencias
Aunque el diacetil ha sido identificado en los últimos años como un serio peligro laboral en aquellas aplicaciones en que se utiliza en altas concentraciones (palomitas), la primera asociación de la sustancia con enfermedades pulmonares ya fue sugerida en 1985 por el Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH, según la sigla en inglés) de EE.UU.
Se detectó que los trabajadores de la sección de mezclas de una compañía que suministraba saborizantes a las panaderías contraían una “insidiosa” enfermedad obstructiva de las vías respiratorias en un corto plazo desde el comienzo de su trabajo.
En 1993 un estudio de la industria de fabricación química alemana BASF, tras experimentar con ratas de laboratorio la incidencia de la exposición a la inhalación de los vapores del diacetil, demostró que los efectos eran mortales después de una única exposición de cuatro horas por encima de un cierto nivel. Por su parte, NIOSH halló resultados similares en un estudio del año 2006.
Son numerosos los casos y estudios, realizados en Estados Unidos, cuya conclusión es siempre la misma: “las excesivas tasas de enfermedad pulmonar y disfunciones respiratorias, y la relación entre la exposición y las consecuencias en esta población activa, indican que probablemente padecían de bronquiolitis obliterante profesional causada por la inhalación de ingredientes volátiles de saborizantes de mantequilla”.
En Europa también contamos ya con algunas evidencias. Los resultados de un reciente estudio holandés (equipo de Frits van Rooy, de la Universidad de Utrech) acerca de una planta química (no identificada) que produce diacetil concluían que “la exposición a una sustancia activa durante la producción del diacetil parece ser la responsable de provocar el síndrome de bronquiolitis obliterante en los operarios involucrados en el proceso químico”.
Pese a las evidencias de un peligro que está saliendo a la luz pública, en ningún país existen bases de datos ni mucho menos listas exhaustivas de las compañías de alimentos y las marcas de sus productos que usan diacetil. Los requerimientos recientes de la UITA a la Asociación Europea de Sabores y Fragancias (EFFA, por su sigla en inglés), para que facilitara información sobre los fabricantes que emplean diacetil o las marcas de los productos que contienen diacetil no han dado ningún fruto. Dicha asociación solamente ha confirmado que el diacetil se fabrica en la UE, EE.UU., Sudáfrica y China, pudiendo encontrarse en estado natural y también sintetizarse.
Dado que el diacetil no ha sido nunca evaluado desde el punto de vista de la exposición del trabajador, y debido a que no hay requisitos específicos en materia de etiquetado, uso y manipulación, no es posible conocer el alcance de la enfermedad. Lo que sí consta es el inicio de procesos judiciales en Estados Unidos y que los investigadores continúan descubriendo nuevos casos de bronquiolitis obliterante vinculada con la exposición al diacetil.

Cómo puede afectar a la salud
Como hemos dicho, hay evidencias incontrovertibles de la relación causa-efecto entre diacetil y enfermedad pulmonar, que se conoce en Estados Unidos como “pulmón de los trabajadores de las palomitas de maíz”.
La enfermedad puede destrozar rápidamente los bronquiolos, las vías respiratorias más pequeñas del pulmón, causando una radical restricción de la capacidad respiratoria. Se trata de una dolencia debilitadora, progresiva, que no tiene tratamiento y es potencialmente mortal. El único recurso es un transplante de pulmón. Los trabajadores de la alimentación se arriesgan a la exposición al diacetil en forma de vapores, gotas o polvo durante el proceso de fabricación.
Las industrias deben supervisar los niveles trasmitidos por el aire y desarrollar una vigilancia sanitaria periódica de los trabajadores/as potencialmente expuestos. Este control de la salud laboral ha de incluir todas las etapas, desde la manipulación de las materias primas pasando por todas las fases de elaboración y expedición. Los resultados de los diagnósticos médicos y de la vigilancia de la higiene ocupacional deben estar a disposición de la representación sindical de los trabajadores.
Asimismo, como medidas de seguridad cautelares provisionales, todos los procesos de fabricación emplearán métodos de producción cerrada, eliminando la manipulación/exposición a contenedores abiertos de diacetil; las instalaciones contarán con sistemas de ventilación-extracción para la renovación del aire, y pondrán a disposición de los trabajadores equipos certificados para la protección de las vías respiratorias. No obstante, debe enfatizarse que ningún equipo de protección personal puede ser considerado adecuado, en tanto no haya normas de exposición basadas en rigurosos análisis de los riesgos del lugar de trabajo y en investigaciones médicas complementarias. Situación que, a día de hoy y por razones obvias, no se da, ya que estamos ante un problema que empieza a dar la cara y del que no conocemos el alcance de su impacto sobre la población laboral.

Diagnosticar los síntomas
Frecuentemente los síntomas de bronquiolitis obliterante se diagnostican por error como asma o Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), por ejemplo, bronquitis o enfisema. Dado que, a veces, no hay síntomas que permitan detectar el inicio de la enfermedad, y debido a que el avance de la dolencia es extremadamente rápido, es de vital importancia que los trabajadores con exposición potencial al diacetil sean objeto de una vigilancia médica exhaustiva.
Algunos trabajadores no tienen síntomas. Los vapores de diacetil pueden causar escozor o ardor en los ojos, nariz y la garganta. El contacto de estos vapores con los ojos también puede causar quemaduras químicas que sólo se pueden curar con tratamiento médico. El diacetil también puede irritar la piel, causando un sarpullido con sequedad, enrojecimiento, descamación y agrietamiento de la piel.
Los síntomas respiratorios de la bronquiolitis obliterante potencial incluyen estornudos, dificultad respiratoria y tos, habitualmente una tos seca.
La mejor manera de detectar la bronquiolitis obliterante y otras enfermedades graves de los pulmones son pruebas de esfuerzo respiratorio (espirometría) para medir cómo funcionan los pulmones, y un cuestionario sobre sus síntomas respiratorios. La detección temprana es fundamental. Todo trabajador debería pasar por una evaluación de su capacidad pulmonar antes de comenzar a trabajar en una empresa que usa diacetil, prueba que debe repetirse de forma periódica mientras siga trabajando expuesto a la sustancia en cuestión.

Preocupación laboral
El hecho de que tres de los principales fabricantes estadounidenses de palomitas de maíz para microondas hayan abandonado el diacetil como uno de los ingredientes del producto indica que la industria dispone en la actualidad de sustitutos más seguros.
La Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines (UITA) ha propuesto una inmediata prohibición del diacetil en los potenciadores del sabor para alimentos hasta que se establezcan, de un modo fiable, los niveles seguros de exposición, siempre y cuando ello sea posible. En cualquier caso, la conclusión de los expertos en seguridad laboral señala la falta de lógica de “utilizar diacetil cuando existen alternativas más seguras”.
La UITA exhorta a una acción urgente mundial de circulación de la información sobre los peligros del diacetil, haciéndola llegar en particular a los dirigentes y expertos en salud y seguridad ocupacional. Asimismo, reclama a los gobiernos que adopten acciones urgentes con el propósito de controlar el uso del diacetil.
·La situación en Estados Unidos
Aunque los primeros estudios llevados a cabo en Estados Unidos se han centrado en los efectos nocivos de la sustancia sobre los trabajadores de las fábricas del popular “pop-corn” (donde se produjeron los primeros indicios y trabajadores enfermos), existe constancia de que el diacetil también se utiliza extensamente en actividades relacionadas con la preparación de alimentos congelados y entremeses, confitería, comidas precocinadas, productos lácteos, preparados comerciales para hornear y otros alimentos elaborados.
Además estaríamos ante un producto “camuflado”, pues según denuncia la UITA “raras veces se identifica al diacetil como un ingrediente específico en los productos alimenticios, ocultándose entre otros productos químicos bajo el distintivo genérico de ‘sabor artificial’. Debido a la insuficiencia de los requisitos en materia de reglamentación y etiquetado, no se conoce la magnitud completa de la exposición de los trabajadores involucrados en la fabricación de alimentos en EE.UU. y en todo el mundo”.
Existen evidencias de que las autoridades competentes en salud y seguridad ocupacional en EE.UU. son conscientes del problema de salud laboral del diacetil desde hace más de cinco años, y que las máscaras de papel no ofrecen protección alguna contra los efectos de la inhalación del diacetil.
Como quiera que la Occupational Safety and Health Administration (OSHA), agencia federal responsable de la salud laboral, no ha convertido los hallazgos del “pop-corn” en medidas concretas de protección, las organizaciones sindicales y los defensores de la salud ocupacional y pública de Estados Unidos han ejercido presión para promover la acción política. Así, el 26 de setiembre de 2007, la Cámara de Representantes estadounidense adoptó un proyecto de ley que, caso de ser aprobado, obligaría a la OSHA a fijar límites obligatorios de exposición al diacetil, regulando los procedimientos de exposición, controles y de vigilancia de la salud.
La presión –incluida la mediática- ha llevado a importantes corporaciones alimentarias estadounidenses a anunciar la sustitución del diacetil por otros ingredientes. Aunque no todos los fabricantes han optado por esta vía.
·Europa amodorrada en una feliz ignorancia
Mientras tanto, parece que la preocupación no ha llegado a las autoridades sanitarias de la UE. En una actitud que muchos expertos consideran como “cuestionable”, la Comisión Europea no se plantea actualmente examinar la seguridad del producto, habiendo manifestado solamente que no figura en la lista prioritaria de sustancias para inspección. De hecho, las Directivas de la UE sobre Seguridad y Salud Ocupacional no establecen límites de exposición al diacetil, cuyo potencial nocivo nunca se ha evaluado. Por otra parte, la legislación de la UE acerca de los saborizantes alimenticios no especifica niveles de utilización, ni define categorías de alimentos con permiso para contener saborizantes.
Negar el problema no supone neutralizarlo, y es obvio que en Europa también tenemos el síndrome del pop-corn, ya que fabricamos diacetil y lo utilizamos en los alimentos preparados.
Quizás haya sido esa etiqueta políticamente correcta de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) la que ha llevado a algunos fabricantes europeos de alimentos a una tímida y primera acción de introducir auto-regulaciones, es decir, sus propias normas “de seguridad”. No obstante, fuentes sindicales señalan que “los actuales conocimientos y prácticas no permiten el establecimiento de
niveles seguros de exposición -si es que existen- ni indican qué técnicas se requieren para la manipulación y el uso seguros del diacetil. Bajo estas circunstancias, todo discurso sobre la exposición aceptable, las prácticas seguras y la ‘auto-regulación’ de la industria constituye un engaño peligroso”.
Frente a un problema que está emergiendo –y del que desconocemos su alcance- la prudencia invita a evaluar exhaustivamente el riesgo, reclamar de las autoridades sanitarias nacionales y supranacionales que tomen cartas en el asunto (pese a inercias, rémoras o grupos de presión), así como poner a disposición pública toda la información existente relativa a los productos y las marcas que utilizan diacetil en la elaboración de alimentos.

© Manuel Domene Cintas. Periodista.

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Bronquiolitis obliterante
Es una enfermedad respiratoria que afecta a los bronquiolos pulmonares, ramificaciones que parten de los bronquios y que albergan millones de alvéolos pulmonares en los que se lleva a cabo la importante y vital función del intercambio de gases, es decir se introduce el oxígeno en la sangre y se expulsa el dióxido de carbono.
La bronquiolitis provoca una inflamación de los bronquiolos pulmonares que causa una obstrucción lenta y progresiva de los mismos, lo que dificulta el paso del aire y ocasiona una sensación de disnea (asfixia).
Hay dos tipos de bronquiolitis obliterante.
-Bronquiolitis obliterante constrictiva. Se manifiesta por la sustitución progresiva del tejido pulmonar normal por otro de tipo fibroso y granuloso en los bronquiolos respiratorios, conductos alveolares y alvéolos. Esta enfermedad no es muy común, pero cuando se presenta es irreversible y de evolución prolongada y progresiva, con una gran obstrucción al flujo de aire en los pulmones.
-Bronquiolitis obliterante degenerativa. Se caracteriza por la presencia de secreciones en el interior de los bronquiolos como si se tratara de una neumonía. Es mucho más frecuente y puede controlarse con un tratamiento adecuado y oportuno. Suele afectar principalmente a personas entre los 40 y 50 años y se manifiesta por tos productiva, es decir con flemas, dolor al tragar, dificultad para respirar sobre todo al realizar algún esfuerzo, pérdida de peso, dolor en el pecho y malestar general.
La bronquiolitis puede tener su origen en múltiples causas, como: infecciones pulmonares virales o bacterianas, inhalación de humos tóxicos y de tabaco, inhalación de gases irritantes, la exposición laboral a elementos contaminantes tóxicos o a ingredientes volátiles saborizantes de las fábricas de productos alimenticios, el uso de algunos medicamentos como las cefalosporinas, amiodarona y otras, la inhalación y uso de drogas como la cocaína, el polvo de ángel, el cloruro de etilo y otras.
Los síntomas que acompañan a la bronquiolitis son la presencia de tos, una gran dificultad para respirar, que cada vez es más severa o. sibilancias (pitos) sin tener un resfriado. Los síntomas no desaparecen por la noche, en los fines de semana o cuando el enfermo está fuera del puesto de trabajo. Pueden comenzar en forma gradual y empeorar con el tiempo, o se pueden hacer muy severos de golpe. Los médicos creen a veces que los síntomas son causados por el asma, bronquitis crónica, enfisema, pulmonía, o el tabaquismo.
A la vista de la sintomatología, cabe concluir que su diagnóstico no es fácil ya que se trata de manifestaciones poco específicas que aparecen con la mayoría de las enfermedades de origen respiratorio.

DESPICE2
UITA, por la solidaridad
La Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines (UITA) es una federación internacional de organizaciones sindicales que representa a los trabajadores de diversos sectores:
-Agricultura y plantaciones
-Procesamiento y elaboración de alimentos y bebidas
-Hoteles, restaurantes, turismo y servicios de catering
-Todas las fases del procesamiento del tabaco.
Desde su fundación en 1920, la solidaridad internacional de los trabajadores ha sido el principio rector del organismo. Este principio se pone en práctica mediante medidas de acción global para defender los derechos humanos, democráticos y sindicales.
Todos los trabajadores en los sectores de la UITA se ven afectados por la globalización, desde la etapa del sembrado, pasando por la cosecha de los cultivos, el procesamiento y elaboración de alimentos, bebidas y productos del tabaco, hasta los sectores del turismo y el catering.

Pie de foto Diacetil1:
El diacetil se utiliza como aditivo de todo tipo de alimentos, lácteos incluidos

Pie de foto Diacetil2:
La bollería-repostería emplea potenciadores del sabor responsables de problemas respiratorios de los manipuladores

Pie de foto Diacetil3:
Los primeros indicios nocivos del diacetil aparecieron en la industria de las palomitas de maíz en EE.UU.

Pie de foto Diacetil5:
El diacetil también representa un problema de salud laboral en bodegas e industrias elaboradoras de bebidas

Pie de foto Diacetil6:
Los preparados de frutas, mermeladas, jarabes, esencias, gelatinas... ponen en peligro a sus elaboradores si emplean diacetil como aditivo

Pie de foto Diacetil7:
El síndrome del “pop-corn” también puede afectar a los trabajadores de actividades de comidas preparadas y catering

Pie de foto Diacetil8:
La inhalación del diacetil aditivado a los alimentos está provocando una grave enfermedad pulmonar, aún latente

Pie de foto Diacetil9:
Los trabajadores del pan, bollería y repostería están expuestos al diacetil, nocivo para los pulmones, vías respiratorias, ojos y piel

Pie de foto Diacetil10:
Al asma del panadero se suma ahora una afección más grave como es la bronquiolitis obliterante por inhalación de aditivos alimentarios

martes, 21 de junio de 2011

Rodas, versatile line of Mendi

Arión
Rodas, one of the latest exclusivities from Francisco Mendi, with its current five models, completes a comprehensive range of safety footwear. The different developments of the line Rhodes are versatile and can therefore be used in any work environment. They are characterized by their contemporary design, latest technological materials and top quality, new developed outsoles offering high performance, lightweight, comfort and ergonomics. Mendi classicism is recovered in the way to name this range: 'Aeneas', 'Arion', 'Mars', 'Minerva' and 'Rea'.
Among the technological advantages of the Roda range are:
-Dual density PU-outsole. It features a TPU insert built-in in the shank area that avoids the torsion risk of the foot. It also provides a high anti slip coefficient (SRC certification), high resistance to tearing and abrasion, and thermal insulation. It has shock absorption in the heel area and anatomical arch in the shank area, which improves the flexibility of the foot.
-Thermo-formed insole, which is anti-bacterial, anti-static, made with ethyl-vinyl-acetate (EVA) of low density, and lined with comfortable and highly breathable fabric, which provides thermal comfort to footwear.
-Anti-perforation lightweight insole. Made of high-performance woven fiber, it stops the penetration of sharp objects, nails, glass, etc. Its low weight contributes to the lightness and flexibility of the footwear.
-Thermo-polymeric toecap. 200 Joules resistant, it weighs much less than traditional metal ones, resulting in greater comfort and safety.
Certified EN ISO 20345:2007, this footwear features high quality grain leather (waterproof), with 3D lining (breathable and anti-abrasive), waterproof Cordura and extra-wide last, elements that provide comfort. We emphasize the model 'Aeneas'. Ref 544W (S3 + CI + SRC). It’s made of embossed grain leather, with reflective material to enhance visibility of the user.

Rodas, la línea polivalente de Mendi

(PL 66) NUEVOS PRODUCTOS. Productos66-3.doc. Manuel Domene.

Minerva
Rodas es una de las más recientes primicias de Francisco Mendi que, con sus actuales cinco modelos, viene a completar una extensa oferta de calzado de seguridad. Los diferentes desarrollos de la línea Rodas son polivalentes, por lo que pueden utilizarse en cualquier ambiente laboral. Se caracterizan por su diseño actual, materiales tecnológicos de última generación y primerísima calidad, suelas de nuevo desarrollo con gran rendimiento, ligereza confortabilidad y ergonomía. En lo que Mendi recupera el clasicismo es en la denominación de esta gama con los nombres ‘Aeneas’, ‘Arión’, ‘Marte’, ‘Minerva’ y ‘Rea’.
Entre las bondades tecnológicas de la gama Rodas encontramos:
-Suela de PU de doble densidad. Incorpora un inserto de TPU en la zona de enfranque que evita el riesgo de torsión del pie. También ofrece un elevado coeficiente antideslizamiento (certificación SRC), altísima resistencia al desgarro y a la abrasión, así como aislamiento térmico. Dispone de amortiguación de impactos en el área del talón y arco anatómico en la zona del enfranque, que mejora la flexibilidad del pie.
-Plantilla termo-conformada, anti-bacterias, antiestática, fabricada con etil-vinil-acetato (EVA) de baja densidad, y forrada con textil confortable y muy transpirable, lo que aporta confort térmico al calzado.
-Plantilla anti-perforación ultraligera. Fabricada con fibras entrelazadas de alto rendimiento que frenan la penetración de elementos punzantes, clavos, cristales, etc. Su reducido peso contribuye a la ligereza y flexibilidad de este calzado.
-Puntera termo-polimérica. Con una resistencia de 200 J, tiene un peso muy inferior a la metálica tradicional, lo que redunda en mayor comodidad y salubridad.
Certificado por la EN ISO 20345:2007, este calzado emplea piel flor vacuna, hidrofugada, de primera calidad, forros 3D (transpirables y anti-abrasivos), Corduras hidrofugadas y horma extra-ancha, elementos que son garantía de la máxima comodidad. Destacamos el modelo ‘Aeneas’. Ref. 544W (S3+CI+SRC), con corte de piel flor grabada y material reflectante que mejora la visibilidad del usuario.

Ver la web de Mendi

lunes, 20 de junio de 2011

Calzado de seguridad Vulcapros: la excelencia en producto y servicio

FRANCISCO MENDI. Vulcapros.doc. Mayo 2011. Manuel Domene. Palabras: 415

El proyecto Vulcapros del fabricante riojano de calzado de seguridad, Francisco Mendi S. L., se basa en la excelencia, tanto del producto, cuya tecnificación se eleva a la máxima potencia, como del servicio y sus actividades asociadas, como son el régimen de distribución (DVAS – Distribuidor Vulcapros Autorizado) y el soporte técnico que brinda la marca.
Los rasgos que definen al proyecto Vulcapros son la resistencia, la durabilidad y un alto nivel de innovación del calzado, características que surgen del trabajo del departamento de I+D de la empresa y su investigación constante en la aplicación de nuevos materiales susceptibles de satisfacer plenamente las demandas del mercado.
La marca Vulcapros ofrece un surtido amplio, con más de 50 modelos, diseñados en función de las necesidades de los diferentes sectores industriales, lo que permite satisfacer las necesidades específicas de los segmentos más especializados. El catálogo incluye los siguientes epígrafes:
-Agroalimentaria. Ofrece las líneas blancas ‘White and Blue’ y ‘White and Grey’ para aplicaciones de procesado de alimentos.
-Dama. El pie femenino, con sus peculiaridades, se calza con la línea específica ‘Sofía’.
-Special. Agrupa las líneas ‘Energy’, calzado de seguridad libre de componentes metálicos, y ‘ESD’ (Electro Static Discharge), concebido para impedir la acumulación de electricidad estática.
-World. Se compone de las líneas ‘Bonn’, calzado polivalente, con un diseño y confort sobresalientes; ‘Oslo’, concebido para ambientes laborales tan duros como exigentes; y ‘Tokio’, calzado sin componentes metálicos para trabajos de riesgo que plantean grandes exigencias.
Entre los numerosos atributos tecnológicos del calzado Vulcapros podemos destacar el uso de las punteras termo-poliméricas (TPU) ligeras y con una resistencia al impacto de 200 J, la plantilla anatómica de confort modelada en espuma de PU y tejido antibacteriano, cuya burbuja interior ejerce un efecto anti-fatiga, o las suelas de PU bi-densidad con certificación SRC (resistencia anti-resbalamiento). Vulcapros cumple la certificación ISO EN 20345:2007.
El proyecto Vulcapros, fundamentado en el rigor de los procesos (desde el diseño a la comercialización y atención post-venta), se orienta exclusivamente a distribuidores/clientes especialistas en EPI, que se convierten en DVAS. El soporte técnico se presta desde la empresa por especialistas, que asesoran en cuestiones técnicas, legislación y comercialización.
Los puntos de venta que cumplan los requisitos pueden solicitar incorporarse a la exclusiva red DVAS de la firma riojana. Vulcapros ofrece la distribución selectiva por zonas, productos técnicos, apoyo y formación técnica profesionalizada, así como una rentabilidad comercial garantizada.

Para más información: www.vulcapros.com

domingo, 19 de junio de 2011

Edificios saludables

(PL 67) EDITORIAL. Edito67.doc. Manuel Domene. Palabras: 567

Los prevencionistas saben muy bien que no sólo con EPIs se protege al trabajador. También influyen la organización del trabajo y el espacio de trabajo. ¿Cuántas veces hemos oído hablar del síndrome del edificio enfermo? Cuando un edificio está ‘enfermo’ las personas que lo habitan también sufren patologías por contagio. Ahora, que tanto se insiste en el aumento de la productividad, ¿es posible trabajar más –o mejor- en edificios que están mermando drásticamente nuestras capacidades físicas? La respuesta parece obvia. No podemos permitirnos el dudoso lujo de tener edificios donde la gente vaya a trabajar y enferme.

La CAI (Calidad Ambiental de Interiores) es una disciplina que está aquí, y ha prometido quedarse para enseñarnos muchas cosas, cosas que sabemos, pero no por sabidas, están bien gestionadas. Introduciremos el concepto CAI con un axioma, que además de serlo y, por tanto, no necesitar demostración, está sustentado por el sentido común: la desatención del mantenimiento preventivo (falso ahorro) acabará ocasionando un gasto –y otras consecuencias añadidas- en mantenimiento correctivo. Es decir, más vale prevenir que curar.

La actitud preventiva en la salud de los edificios y, por ende, de sus ocupantes, se sustancia a través de diversas políticas, entre éstas:

-La auditoría ambiental e higiénico-sanitaria de edificios. Su objetivo no será sino detectar inconformidades. Dicho de otro modo, detectar factores de riesgo asociados, entre otros, a la mala calidad del aire, a la contaminación por agentes físicos, químicos, biológicos y microbiológicos, a deficientes sistemas de limpieza y desinfección, y a carencias ergonómicas de todo tipo.

-La gestión ambiental e higiénico-sanitaria de los edificios. Su corpus temático es amplio, e incluye el análisis del aire y de superficies; estudio de iluminación, ruido y vibraciones; inspección, diagnóstico y descontaminación de los sistemas de climatización; diagnóstico del entorno electromagnético y de los factores ergonómicos; optimización energética, etc. Pero la lista es aún más larga, llamándonos la atención sobre otros requisitos, como: desinsectación-desratización, desinfección ambiental y de superficies, control de aves y otras plagas, prevención de la legionelosis (tratamiento de aguas de consumo humano).

No nos alarmemos. La CAI no es una nueva vuelta de tuerca de los prevencionistas a la sociedad del trabajo, ni una paranoia de hipocondríacos; es una forma integral de prevención de alcance muy superior a la prevención individual que ofrecen los EPI. Los principios de la CAI están refrendados por certámenes como el Salón de la Construcción, Construmat, que se está celebrando estos días en Barcelona, y apuesta por la innovación y la sostenibilidad, dos bazas para conseguir edificios tan eficientes como saludables.

Ya hemos visto la teoría de cómo conseguir edificios más saludables. Sin embargo, tiene poco sentido auditar el edificio sin antes haberle metido mano a fondo. Volviendo al más vale prevenir, diremos que el primer paso del edificio sano es la buena gestión de la instalación, lo que se conoce en medios profesionales como el ‘Facility Management’. Los expertos nos dicen que esta disciplina-servicio incluye muchas funciones, cuyo objetivo es ahorrar costes, mejorar la productividad y generar plusvalías… Con todo, nos parece que la mejor definición de ‘Facility Management’ es la de médico de cabecera de los edificios. Su función es vigilar (mantener) la salud de las instalaciones para conseguir edificios salubres, porque no puede haber trabajadores saludables en edificios enfermos, y la salud laboral es toda una plusvalía que enriquece a nuestra sociedad.

© Manuel Domene Cintas

El riesgo que no cesa

(PL 62) EDITORIAL. Edito62.doc. Manuel Domene

Hace un par de años la cifra de siniestralidad laboral en España inició una moderada curva descendente. Como suele ocurrir en cualquier evento, no existió una causa única, sino la combinación de varias: mayor concienciación de la población laboral y los empleadores, mayor eficacia inspectora de las autoridades laborales, y descenso de la actividad económica.

Si tal constatación estadística no deja de ser buena, conviene moderar el optimismo y no echar las campanas al vuelo, porque un éxito temporal no es garantía de éxitos futuros, sobre todo si se relajan las políticas de control. De hecho, la reducción de la siniestralidad global contrasta con paradojas como el repunte de los accidentes graves o mortales, que, a nuestro juicio, son la prueba de que la negligencia sigue en sus niveles, y que la mejora de la tasa de siniestralidad es inconsistente, coyuntural y de raíz económica (parón de la actividad).

La línea argumental que queremos trabajar es la de moderar el optimismo y seguir ojo avizor en el tajo, donde toda relajación conduce a lo peor. Y para no ponernos excesivamente dramáticos vamos a tomar en consideración riesgos de “segunda fila”, aunque sólo en apariencia. Sólo daremos unas pinceladas sobre el frío como riesgo laboral, los riesgos químicos emergentes y los riesgos psicosociales. Un mínimo análisis nos muestra que estos riesgos subestimados tienen las mismas –si no peores- consecuencias sobre la salud del trabajador.

El frío es un riesgo añadido al trabajo. Se considera que dicho riesgo existe cuando se trabaja a temperaturas iguales o inferiores a los 10-15º C. El frío provoca en los trabajadores lesiones musculo-esqueléticas, enfermedades respiratorias, patologías cardio-vasculares, afecciones circulatorias y cutáneas. El frío es el  catalizador de algunas enfermedades, agravando los síntomas de otras de carácter crónico que padezca el trabajador (diabetes, hipertensión, cardiopatías). Pese a todo, es un riesgo subestimado.

La no percepción de un riesgo no excluye su existencia. Con ello nos referimos a los riesgos químicos, muchos de ellos en fase emergente. Los trabajadores están expuestos a sustancias químicas que forman un cóctel letal y cuyos efectos a corto plazo se desconocen hasta que afloren. Según la estadística, más de 74.000 trabajadores fallecen en Europa anualmente víctimas de las sustancias químicas. No obstante, el riesgo químico también se subestima con la ‘política’ del avestruz.

Progresan también las enfermedades mentales provocadas por el trabajo. El estrés crónico ya se ha convertido en una pandemia social, con su legión de dolencias asociadas (ansiedad, depresión… suicidios). Entre las causas, el mal diseño del puesto de trabajo, el estilo de la dirección, y la patología organizativa. El psicosocial es el más desconocido e ignorado de los riesgos laborales actuales.

Sin ánimo catastrofista, hay que decir que éste es el ámbito en el que trabajamos, que los riesgos no cesan, ni se destruyen, en todo caso se transforman, como la energía. Por eso, moderamos nuestro optimismo ante una inflexión estadística coyuntural y seguimos ratificando nuestro discurso, que es el siguiente: mientras no se demuestre que el trabajo está exento de riesgos, lo mejor es mantenerse ojo avizor, vigilantes, sin bajar la guardia, ni mucho menos caer en la auto-complacencia por victorias efímeras.

Hay que trabajar a diario la mejora de las condiciones de trabajo, porque si no lo haces, no te quedas donde estás, sino que acabas retrocediendo como los cangrejos. El riesgo no cesa. El día que el tajo se convierta en fuente de salud –a la inversa de lo que ocurre ahora- habremos culminado nuestra ingente labor.

© Manuel Domene Cintas

¿Todos contra el fuego?

(PL 64) EDITORIAL. Edito64.doc. Manuel Domene. Palabras: 691

El fuego es dual: encarna la vida, pero también la muerte, cuando escapa a nuestro control. Como vimos en el editorial pasado (El estrés térmico del bombero), el fuego es causa de riesgos laborales como la sobrecarga térmica, la asfixia y las quemaduras. Son muchos los trabajadores expuestos al fuego, especialmente los bomberos forestales, que deben trabajar de forma maratoniana durante las campañas de verano.

La lucha contra un fuego forestal –o cualquier otro- exige mucha cautela. La actuación de los bomberos en semejante emergencia no se puede improvisar. Tenemos varios ejemplos recientes de accidentes fatales (Castilla-La Mancha, Cataluña, Pontevedra) fruto de un déficit en la gestión y la coordinación. Cuando las cosas se ponen al rojo vivo, los bomberos deben poder ofrecer una respuesta casi inmediata a situaciones cambiantes en función de la evolución del fuego. En el caos de la emergencia, la respuesta idónea sólo es posible si se cuenta con un amplio protocolo de actuación, una ‘guía’ que no sólo persigue la eficiencia, sino que salva vidas en riesgo.

Para evitar víctimas por fuego entre los efectivos de bomberos, varias Comunidades Autónomas ya han suscrito un nuevo Protocolo de actuación en Incendios Forestales. Una de las líneas maestras de dicho protocolo es la continua y amplia asistencia remota de las unidades que, desplegadas sobre el terreno, luchan para sofocar cualquier fuego. Dicho de otro modo, el nuevo protocolo está pensado, entre otras cosas, para impedir que cualquier brigada de bomberos quede incomunicada (aislada o desasistida) mientras ejecuta la arriesgada y penosa labor de luchar contra las llamas.

Una concreción práctica del nuevo protocolo la encontramos, por ejemplo, en el SISCOM (Sistema de Comandament de Bombers -Sistema de Mando de Bomberos), estrenado este verano por la Generalitat de Catalunya, y que viene a paliar déficits recientes, de amarga memoria por cuanto segaron las vidas de varios bomberos en Horta de Sant Joan (Tarragona), en 2009.

Consideramos un avance importante la creación de este Protocolo, cuya eficacia dependerá de su correcta aplicación, cosa no siempre fácil en medio de una emergencia (brigadistas muertos en Pontevedra, este verano). ¡Es preceptivo contar con una vía de escape en cualquier incendio! Los gestores de efectivos forestales tendrán que pulir muchos otros aspectos, como la temporalidad o la insuficiente formación de parte del personal, junto con el desarrollo de interminables jornadas de trabajo. De todos modos, hay más maneras de combatir el fuego. Muchos recordarán el slogan institucional de “Todos contra el fuego”. Esa es la clave: movilizar a la sociedad en contra de un siniestro que podemos evitar.

La estadística revela que detrás del 95% de los incendios forestales está la mano del hombre. La actuación preventiva, en este caso, pasa por la formación y la sensibilización para crear una cultura contra el fuego. Ello acompañado, naturalmente, del endurecimiento de las penas impuestas a los pirómanos, auténticos enemigos públicos.

Por otra parte, no debemos confiar excesivamente en la climatología –y menos en la providencia. El bosque es un ente vivo que debe ordenarse y gestionarse. El manejo forestal y silvícola le resta combustible. En cambio, la suciedad y la maleza aumentan la posibilidad de inicio y propagación del fuego.

Aunque las competencias en materia de lucha contra incendios están transferidas a las CCAA, al gobierno de la nación le compete coordinar las actuaciones –especialmente, en grandes siniestros. En este sentido, el ciudadano reclama una planificación estatal mejor coordinada, ya que el fuego no entiende de límites político-administrativos. También se impone que las distintas administraciones (central, autonómica y local) trabajen en la prevención del fuego con una mentalidad pro-activa, y no reactiva, como viene siendo hasta la fecha.

Si la sociedad se implica en la lucha contra el fuego, el slogan “Todos contra el fuego” dejará de ser una simple declaración de intenciones. Reduciremos el número de siniestros, la envergadura de los que sean inevitables y el goteo de víctimas laborales. Sólo tenemos que ampliar nuestra escasa cultura preventiva y consolidar como hábito ciudadano el “Todos contra el fuego”, porque, cuando un bosque arde, algo nuestro se quema, y todos somos perdedores.
 
© Manuel Domene Cintas