Ariadna Detrell, ‘Cluster
Manager’ de la Agrupació
d’Empreses Innovadores Tèxtils (AEI)
Para Ariadna
Detrell, la innovación es “una actitud que ni se compra
ni se vende; es una cultura de la empresa”. Esa actitud no se improvisa, pero
es necesaria como el oxígeno. Nos recuerda Detrell que “en la primera década
del siglo XXI, con la emergencia de nuevos polos industriales, las empresas de
los países desarrollados están obligadas a tratar de sustituir políticas de
competencia basadas en el precio, por políticas de competencia basadas en
factores intangibles, como la innovación”.
Es innovar o
malvivir, porque “en el sector de los textiles de uso técnico, la capacidad de
innovar es un factor esencial para dar respuesta a solicitaciones muy diversas
en productos dirigidos a mercados altamente especializados con clientes muy
informados”, dice la Cluster Manager de AEI.
Fabricar textiles de uso técnico puede ser una alternativa. Sin embargo,
como nos recuerdan los estudiosos del tema, el paso de la fabricación habitual
de textiles de uso convencional al de textiles de uso técnico comporta una
serie de condicionantes que deben ser adecuadamente considerados, y el
principal no es disponer de la tecnología necesaria, sino de posibilidades
reales de entrada en el nuevo mercado.
-Para fijar el
contexto de esta entrevista, ¿puede sintetizarnos el concepto de innovación
textil que desarrolla en el informe Innovación
textil y textiles de uso técnico, que ha elaborado para AEI Tèxtils, y del
que es co-autora?
-Ariadna Detrell. A la innovación se la señala como solución a la crisis
de cualquier sector industrial; se la utiliza tanto para dar nombre a proyectos,
a programas de ayudas a las empresas, se
la ha subvencionado tanto, se emplea para desgravar impuestos, para dar premios
a empresas, y para dar nombre a
ministerios, a consejerías y a empresas consultoras. Se emplea, en fin,
con tanta profusión que a veces parece que no estemos hablando del mismo
concepto.
La innovación es una actitud que ni se compra ni se vende; es una
cultura de la empresa; es un análisis de las necesidades del mercado (reales y
potenciales); es una tarea organizada al margen del día a día; es un proceso de
vigilancia permanente en el que participan todos los recursos humanos de la
empresa.
La innovación, es un recurso más de la empresa y al igual que sus
capacidades financieras, comerciales y productivas, debe ser gestionada de
manera rigurosa y eficiente. En la primera década del siglo XXI, con la
emergencia de nuevos polos industriales en diversos países del sudeste
asiático, con empresas capaces de utilizar tecnologías avanzadas de producción
con ventajas competitivas de costes, las empresas de los países desarrollados
están obligadas a tratar de sustituir políticas de competencia basadas en el
precio, por políticas de competencia basadas en factores intangibles, como la
innovación.
En el sector de los textiles de uso técnico, quizás más que en los
sectores textiles tradicionales de indumentaria y hogar en los que la
innovación es fundamentalmente estética, la capacidad de innovar para dar
respuesta a solicitaciones muy diversas en productos dirigidos a mercados
altamente especializados con clientes muy informados es un factor esencial.
Consumo mundial de textiles de uso técnico por áreas de aplicación (Fuente: David Rigby Associates) |
-A. D. Es bien cierto que los textiles de uso técnico, los mal
denominados “textiles técnicos” (¿hay algún producto textil que sea fruto del
azar y no de la técnica?), por su propia naturaleza y, especialmente, por la
variedad de utilizaciones de sus productos finales, presentan una estructura menos
homogénea que la del sector de indumentaria o del hogar, y que muchas de sus
empresas se identifican más con los sectores industriales de los que son
proveedores, que con la actividad textil a la que se dedican.
Es ya tradicional la definición de los textiles de uso técnico como materiales
que dan respuesta a exigencias técnico-cualitativas elevadas (rendimiento
mecánico, térmico, durabilidad, etc.) confiriéndoles la aptitud de adaptarse a
una función específica y a su entorno, en alguna de las áreas de
utilización que dan nombre a los diferentes micro-mercados que les son propios:
agrotextiles, geotextiles,
protectextiles, moviltextiles, industextiles, medtextiles, constructextiles,
etc.
Es notorio que esta sectorización es excesivamente rígida y ambigua, y
que si consideramos un traje de protección para un obrero de la industria
siderometalúrgica y una moqueta ignífuga para ser instalada en un medio de
transporte, ambos artículos son de indumentaria el uno y de decoración el otro
y, sin embargo, no cabe clasificarlos como textiles convencionales, sino como
textiles técnicos.
Por otra parte, se ha generalizado el uso de la expresión textil técnico, como ya he comentado, en
sustitución del textil de uso técnico,
para designar a los materiales y productos textiles que presentan alguna
característica específica e innovadora que los identifica entre los textiles
convencionales caracterizados por el color, tacto, caída, capacidad de
desarrugado, solidez de la tintura, estabilidad dimensional, etc.,
características básicamente de apreciación sensorial y relacionados con la
estética.
-¿Cuáles son las
principales tendencias generales de innovación en el sub-sector de los textiles
de uso técnico, especialmente para aplicaciones de protección en el trabajo?
-A. D. Las preocupaciones relativas a la protección y la seguridad
adquieren cada vez más importancia, en particular, en los riesgos vinculados a
los puestos de trabajo. Además, el aumento de las exigencias normativas de
obligado cumplimiento y la presión de los trabajadores en cuanto a indumentaria
de protección, ha producido un sensible crecimiento del sector.
La mayor parte de las prendas de indumentaria laboral, y parte de las de
imagen, sin ningún valor añadido, se importa de países en vías de desarrollo.
Sólo pequeños mercados nicho en los que se exija un componente específico de
diseño o servicio postventa, puede ser interesante para pequeñas empresas. En
cualquier caso, sin industria de confección local, la de fabricación de tejidos
ha de buscar otras oportunidades en indumentaria de mayor valor añadido
(tejidos con membranas, acabados especiales, etc.).
La innovación, no obstante, sólo puede venir de las empresas productoras
de fibras que son las que, en general, aportan el nivel de protección
requerido.
-¿Representa el
textil técnico una salida viable para la empresa textil española-catalana que
busca alternativas en su actividad?
-A. D. En los últimos años, desde diferentes tribunas y, a veces con
mucha frivolidad, se ha planteado que la salida de la crisis de las empresas
españolas del sector textil convencional (indumentaria y hogar) es la
reorientación hacia la fabricación de textiles de uso técnico, con un
planteamiento simplista, basado sólo en la disposición de la tecnología o en
considerar que el sector de textiles de uso técnico -tan antiguo y maduro como
la misma industria textil- es de nueva aparición, tiene una demanda mayor que
la oferta y todas las empresas tienen cabida en él.
Hay que señalar que, si bien la reorientación es posible para algunas
empresas, ésta no puede ser resultado de una decisión impulsiva, sino fruto de
un análisis sistemático para la consideración de todas las estrategias
posibles, de acuerdo con la idiosincrasia de la empresa y las condiciones del
entorno.
El paso de la fabricación habitual de textiles de uso convencional al de
textiles de uso técnico comporta una serie de condicionantes que deben ser
adecuadamente considerados y el principal no es disponer de la tecnología
necesaria, sino de posibilidades reales de entrada en el nuevo mercado.
-¿Qué valores
añadidos destacaría de los textiles de uso técnico en relación con la forma en
que mejoran la protección, el confort u otros parámetros fundamentales de
elementos de protección laboral? (resistencia, elasticidad, aislamiento,
protección, bio-compatibilidad…)
-A. D. Actualmente, se dispone de fibras, hilos, tejidos, acabados,
etc., con propiedades que han permitido la mejora del confort termo-fisiológico
aportando transpirabilidad, gestión adecuada de la humedad corporal, elevada
resistencia mecánica y térmica, facilidad de movimientos por elasticidad del
tejido, etc. Todo ello ha sido posible por la generalización del uso de
materiales y procesos que, por otra parte, ya estaban disponibles desde hace
varias décadas. Recordemos que las fibras meta y para-aramidas, por ejemplo
aparecieron en el mercado en los años setenta del pasado siglo, o que las
membranas transpirables son más o menos de la misma época.
Lo que ha ocurrido es que en las dos últimas décadas se ha generalizado
su uso y a ello no ha sido ajena la publicación, a principios de los años
noventa, de la normativa europea relacionada con la protección personal, que
establece unos niveles de exigencia que no se pueden cumplir con la mayoría de
tejidos que entonces se utilizaban.
-¿Qué nos ofrecen
actualmente los textiles de uso técnico en el área de la protección personal?
-A. D. Los materiales textiles para protección personal han de dar
respuesta equilibrada al triángulo de exigencias “protección-confort- imagen”.
La industria de la confección dispone actualmente de materiales que permiten
satisfacer tales requisitos para la satisfacción de las necesidades de
protección personal que se plantean en diferentes sectores industriales y de
servicios.
Los trajes de protección para las condiciones más extremas -caso de
prendas de intervención de bomberos, por ejemplo- pueden ser más ligeros, ergonómicos,
transpirables, etc. que hace unos años.
El estudio hace un repaso exhaustivo de los usos de los denominados ‘textiles técnicos’, entre los que se incluye la protección |
Se dispone de estructuras textiles, simples o combinadas, que facilitan
la transpiración, que poseen elevada resistencia a la penetración del agua, que
aportan aislamiento al calor radiante, que protegen del calor convectivo o
conductivo, que aíslan del frío, etc. Es decir, la oferta de fibras, telas,
membranas, micro-encapsulados o tratamientos de acabado, permite dar respuesta
a las necesidades que citábamos antes (protección-confort-imagen).
Cabe esperar que, en los próximos años, la nanotecnología posibilite el
desarrollo de nuevos materiales fibrosos que aporten no sólo nuevas propiedades
de comportamiento a diferentes solicitaciones, sino la combinación en una misma
fibra de características de comportamiento simultáneo.
-De las
numerosísimas soluciones disponibles actualmente en el mercado de la protección
–protección que tiene un carácter integral, o de pies a cabeza-, ¿hay alguna/s
que le haya/n llamado la atención especialmente?
-A. D. Como soluciones textiles de protección integral, son especialmente
espectaculares las prendas de protección NBQ (Nuclear, Bacteriológica y Química)
o los trajes de supervivencia empleados en el faenado en alta mar, o en el
ámbito deportivo, la protección personal de los pilotos de motos o de coches.
Sin necesidad de pensar en estas necesidades extremas de protección, cabe
citar, por ejemplo, la evolución de los niveles de protección mecánica,
térmica, etc., de los guantes o el desarrollo de las prendas de protección
contra el frío y la intemperie, cada vez más ligeras, con mejor tacto y cayente,
transpirables y con elevada resistencia a la penetración del agua, etc.
-¿Es previsible un
aumento del uso de los llamados ‘smart textiles’ (tejidos inteligentes) en
indumentaria de protección? ¿Existen actualmente aplicaciones de este tipo en
el mercado?
-A. D. En la actualidad, distinguiría dos acepciones del concepto
“textil inteligente”. En la primera incluyo las características intrínsecas de
un material textil que le permiten adaptarse o dar respuesta a una modificación
del entorno o de las condiciones del usuario; la elasticidad de un tejido, la
absorción y evacuación de calor de los micro-encapsulados, la liberación de
principios activos también micro-encapsulados, el cambio de color por acción
del calor o la luz, por ejemplo, serían ejemplos de materiales textiles que
actúan por un estímulo externo.
En la segunda acepción incluiría las prendas textiles que son soporte o
simples conductores de señales que activan “gadgets” (mecanismos) desarrollados
por la industria micro-electrónica. En este sentido, podríamos referirnos, por
ejemplo, a los dispositivos de detección de las pulsaciones, temperatura
corporal y de la tela exterior, etc., que se pueden adicionar a las prendas de
intervención del personal de extinción de incendios y salvamentos, o la
multitud de soluciones propuestas para el control de dispositivos de telefonía
móvil, ipods, etc., en el tejido exterior de prendas de indumentaria ‘casual’.
En cualquier caso, el nombre “textil inteligente” es atractivo, y si efectivamente
contribuye a una activación y mejora cualitativa de los productos de la
industria textil y de su consideración por el consumidor, es un buen hallazgo.
-¿Pueden señalarse
unas tendencias generales en la evolución del mercado de textiles técnicos
(producción, consumo, innovación)?
-A. D. Los crecimientos globales de consumo de textiles de uso técnico
estimados son del 20% en el periodo 2005-2010 y de casi 50% en la década
2010-2020.
Los 35.832 millones de toneladas de consumo mundial de textiles de uso
técnico, previstos en el año 2020, representarán, aproximadamente, un 32% del
consumo mundial previsto de materiales textiles, frente al 12% que
representaron en el año 2005. El consumo europeo, en 2020 representará el 22%
del consumo mundial, mientras que en el año 2005 fue del 24%.
La producción europea, sin embargo, en este año, fue de más del 39% del
consumo mundial. Europa ha venido siendo exportadora de textiles técnicos y es
probable la continuidad de esta situación si se mantiene el nivel innovador de
las industrias textiles europeas del sector y se acentúa su relación con los
sectores industriales consumidores.
Se considera que Europa, con su abundancia y diversidad de patrimonio
cultural, es el centro global indiscutible de la moda y el diseño, creando con
ellos valor económico (aunque sus productos se transmitan demasiado a menudo
“ilegalmente” bajo diseños, modelos y marcas copiados) mientras que los
trabajos más manuales y de más elaboración
en la fabricación se han desplazado a otros países.
Asimismo, el conocimiento tecnológico es un importante activo que las
empresas europeas de textiles técnicos deben explotar. La evolución de la
tecnología textil, con la aparición de nuevos tipos de fibras con nuevas
características funcionales, de nuevas tecnologías de proceso o de modificación
superficial de los textiles, y también de las nuevas posibilidades de
ingeniería para productos textiles complejos, abre oportunidades para crear
nuevos mercados en los bienes de consumo y, especialmente, para aplicaciones
técnicas.
Las actividades de innovación incrementan el establecimiento de redes y
de ‘clusters’ intersectoriales con las empresas del área de aplicación a la que
sirven los productos. El ejemplo más clásico es el de las industrias que elaboran
productos textiles para el sector de automoción. Tales empresas, aún las que
provienen de la tradición familiar y que evolucionaron hacia la fabricación de
textiles técnicos abandonando, o coexistiendo con su dedicación a los textiles
convencionales, han adoptado, desde hace años, la cultura del sector de
componentes de automoción, inicialmente con las exigencias de calidad y
logística inherentes al mismo y, posteriormente, con la adopción de la
necesaria cultura innovadora a la que obliga la pertenencia a la cadena de
valor del sector de automoción.
Para estas empresas, o para otras nacidas recientemente para dar
respuesta a necesidades manifiestas en áreas de aplicación como la agricultura
o los geotextiles, su única relación con la industria textil tradicional, y su
problemática, es el uso de una tecnología común; sus productos, sus mercados y
por tanto, la razón de ser de la empresa son las evoluciones del sector al que
destinan sus productos.
Esta necesidad de innovación en redes y/o clusters implica a empresas de
todos los tamaños, incluyendo las empresas puras de I+D y de ingeniería, así
como los establecimientos públicos de investigación y de formación. Si se
maneja adecuadamente esta situación (los clusters de textiles técnicos de
Alemania, Francia o Italia son ejemplos de esta intersectorialización) los
textiles técnicos fabricados en las regiones de Europa, continuarán dando
respuesta a las necesidades que irá generando la evolución de la sociedad en
los próximos años.
-Los textiles
técnicos responden a una estrategia de competitividad e innovación permanente.
Haciendo un cierto ejercicio de prospectiva y por las tendencias que apunta el
sector, ¿puede predecirnos qué veremos en este campo a corto y medio plazo?
-A. D. Las tendencias generales comunes a los textiles de uso técnico
son múltiples, pudiendo destacarse las siguientes:
-Dinamismo en el desarrollo de productos para dar respuesta a nuevas
solicitaciones exigidas por el mercado o para sustituir a otros materiales en
funciones análogas.
-Multiplicidad de posibilidades de selección de materiales, estructuras,
de realización de productos y de su adecuación a utilizaciones muy diversas.
-Un progreso lento pero continuado de sustitución de materias primas
convencionales por nuevas materias de elevado coste y prestaciones y,
especialmente, por la aplicación de las novedades tecnológicas del sector
textil general a artículos de uso técnico (micro-fibras, nuevos acabados
transpirables, técnicas de injerto de monómeros, etc.).
Desde la perspectiva de la innovación, cabe pensar que asistiremos al
continuado desarrollo de nuevas fibras o fibras mejoradas, las nuevas
combinaciones o procesado de los materiales existentes, la continua creación de
nuevos estilos y diseños o la aplicación, cada vez mayor, de materiales
textiles en usos industriales y en los servicios. Ese entramado ha sido uno de los
principales motores de la industria textil en las últimas décadas y ha
demostrado ser una fuerza particular de las empresas europeas y de la mejora de
su competitividad en el mercado global. Por citar algunas:
-Las fibras que responden de manera “inteligente” a influencias
externas, como los cambios de temperatura, humedad, productos químicos y
bacterias, luz y radiación, fuego, descargas eléctricas o uso mecánico,
permitirán la producción de prendas funcionales o inteligentes para deporte y
ocio así como ropa laboral e indumentaria de protección, que presentan mercados
en crecimiento.
-Las fibras y los textiles que conducen la corriente eléctrica o la luz,
acumulan energía, almacenan información o reciben y transmiten ondas de radio
abrirán un nuevo nicho de mercado para las prendas inteligentes que contienen
sensores que puede controlar, alertar, informar, relajar o entretener al
usuario.
-Las fibras y textiles con características mejoradas de resistencia,
peso, resistencia química, ignifugación, aislamiento, filtración, propiedades
de reducción del ruido o biodegradabilidad, encontrarán su uso en una gran
variedad de sectores industriales como la construcción e interiorismo,
automoción, aeronáutica, cuidado medioambiental, geotextiles o agricultura.
-Los textiles con propiedades médicas e higiénicas encuentran una gran
multitud de aplicaciones en el sector sanitario, como implantes y tejidos bio-compatibles,
materiales de tratamiento de heridas antibacterianos o ropas antialérgicas o
textiles para el hogar para niños o personas de piel sensible.
-Los recientes progresos en bioquímica y biotecnología, como el plasma,
láser y nanotecnologías permitirán nuevas formaciones de hilos, procesos de
recubrimiento o laminado que obtendrán nuevos y tradicionales materiales
fibrosos y materiales textiles con propiedades muy deseables en términos de
procesabilidad y características del producto final.
En este contexto no bastará con poseer el utillaje (que puede comprarse
o venderse), lo importante será la capacidad de las empresas de crear métodos nuevos
y más eficaces de trabajo: ya que no es suficiente fabricar productos
innovadores para que éstos sean exitosos en el mercado.
En este siglo XXI, el departamento de innovación tiene que hacer algo
más que simplemente innovar lanzando nuevos productos. Debe diseñar nuevas “arquitecturas”
tecnológicas y organizativas que hagan posible que la empresa innove
continuamente. En esta dirección se mueven las empresas más innovadoras del
sector de textiles de uso técnico para sus diversas áreas de aplicación.
OTROS DATOS
JASP: joven,
además de singularmente preparada
Ariadna Detrell es Ingeniera Técnica Química por la Universidad
Politécnica de Catalunya, Ingeniera en Organización Industrial por la
Universidad Politécnica de Catalunya, Diplomada en Estudios Avanzados Textiles,
y Doctora por la Universidad Politécnica de Catalunya. En la actualidad
desempeña el cargo de ‘Cluster Manager’ de la Agrupació d’Empreses Innovadores
Tèxtils (AEI), con sede en Terrassa (Barcelona).
Tiene experiencia profesional en la empresa privada, como consultora,
especializada en la elaboración de planes de negocio en empresas del sector
textil y ejerciendo funciones de adjunta a dirección. Ha sido miembro del
comité científico del segundo y tercer Congreso Internacional de Aplicaciones
Técnicas de los Materiales Textiles (ApliMatec) y del comité ejecutivo del
Encuentro Negocio y Tecnología en el Sector Textil Nego&Tec, del que ha
sido directora en su edición de 2010.
Detrell es autora o coautora de 11 libros, 40 artículos en revistas
periódicas y 16 ponencias en congresos nacionales e internacionales. Asimismo,
es la responsable de edición de la Revista de la Innovación Textil, “Guía
de Textiles Técnicos”.
Señas de identidad
del ‘textil técnico’
-Hablando con propiedad, hasta el más humilde textil es técnico. Ustedes
proponen una terminología más adecuada, ¿no es así?
Desde un punto de vista amplio, podemos decir que dentro del concepto
general de textiles de uso técnico o de textiles técnicos, se consideran todos los productos textiles que no pueden inscribirse dentro de los
sectores tradicionales de indumentaria, hogar y decoración, o mejor aún: todos los productos textiles en los que la funcionalidad es tanto o
más importante que la estética.
En cualquier caso, la idea fundamental de cualquier identificación del
sector de textiles de uso técnico y
de sus productos es ajena a su definición semántica y está estrechamente ligada
a la capacidad de innovación para dar respuesta a solicitaciones muy diversas;
ello es posible, por una parte, por la creciente disponibilidad de materias
textiles especialmente diseñadas para tales funciones, por la variedad de
sistemas de fabricación y acabado de estructuras textiles y, en fin, por el
desarrollo de una verdadera ingeniería de proyecto del artículo textil.
Sobre el Informe “Innovación
textil y textiles de uso técnico”
Este estudio se enmarca en el proyecto “Actividades específicas
dirigidas a fortalecer el potencial innovador y la competitividad de las
empresas integrantes de la Agrupació d’Empreses Innovadores Tèxtils”, que viene
desarrollando la Agrupación desde mayo de 2010. Una de las actividades del
proyecto era la edición por parte de la AEI de este estudio, dirigido
exclusivamente a sus empresas asociadas. El mismo ha contado con la
co-financiación de la DGPYME (Dirección General de Política de la PYME) del
Ministerio de Industria, Turismo i Comercio y por los fondos europeos de
desarrollo regional Feder.
En la introducción de este exhaustivo repaso de los textiles técnicos,
los autores, Joaquín Detrell y Ariadna Detrell, subrayan que el informe “no pretende
más que una introducción a las posibilidades de la innovación tecnológica y a
los productos de la industria textil para dar respuesta a necesidades antiguas,
nuevas y potenciales generadas por la evolución de los sectores industriales y
de servicios, que pueden ser sus utilizadores”.
© Manuel Domene. Periodista.
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