Empresas
saludables del siglo XXI, algo más que prevención de riesgos laborales
Manuel Domene*
Las empresas
saludables son aquellas que, además de hacer PRL, practican la promoción de la
salud en el trabajo. Forzosamente tenemos que saludar la iniciativa de la
empresa FCC que, tras detectar el consumo de alcohol y sustancias
estupefacientes entre sus trabajadores, puso en marcha una campaña preventiva.
La únicas ‘marías’ que se conocen en FCC desde hace unos años no tienen que ver
con la ‘hierba’, sino con las galletas de toda la vida.
Una campaña de comunicación directa de una empresa saludable puntualiza que la ‘maría’ es una galleta, y no una hierba ‘estimulante’ |
FCC ofrece, complacida, galletas a sus trabajadores… y aplica un
programa voluntario de deshabituación de sustancias. Así no sólo previenen
riesgos del trabajo, también mejoran la salud de los trabajadores e, incluso,
de sus familiares.
La iniciativa es buena, además su slogan es ocurrente, por lo que nos ha
parecido el titular ideal de este reportaje sobre empresas que, más allá de la
prevención de riesgos laborales –y como consecuencia de ésta- practican la
promoción de la salud en el lugar de trabajo. Idealmente, ir al trabajo tendría
que ser una oportunidad para hacer salud (no para perderla). Algunas empresas
lo han entendido, porque saben que el capital humano es su primer activo.
La Jornada ‘Gestión de la Salud en las Organizaciones’ se desarrolló en
Barcelona, como acto pre-congresual del evento ORP 2013, organizada por el
centro de mejora e innovación, CERpIE, de la Universitat Politècnica de
Catalunya.
Empresas
saludables: hacer de la necesidad virtud
Para la directora general de Osalan (Instituto Vasco de Seguridad y
Salud), la salud tiene dos vertientes: una salud integral (dentro y fuera del
trabajo), y una mejora de las condiciones de trabajo. Enfatizó en que “la salud
no lo es todo, pero sin ella, todo es nada”. Destacó que las empresas
saludables no sólo cumplen la normativa de PRL, también han adquirido el
compromiso de promover la salud de los trabajadores, que pasan una media de
18.000 días trabajando (un tercio de su vida).
La ponente aludió a los cambios en el mundo del trabajo: el
tele-trabajo, la difícil desconexión por los dispositivos móviles, la
feminización de la prevención y de ciertas enfermedades profesionales,
conciliación laboral familiar, envejecimiento activo (‘active ageing’) y
prolongación de la vida laboral en unas condiciones adecuadas (Artículo de The
Economist: ‘How to manage an ageing’
– ‘Cómo gestionar el envejecimiento’),
aspectos que se recogen en muchas doctrinas, como la del “The Workplace
Wellness Alliance” (Alianza del Bienestar en el Lugar de Trabajo).
También llamó la atención sobre el hecho que, mientras baja la
siniestralidad laboral (tasas anuales aproximadas del 10%), se mantienen la
infra-declaración de EP (enfermedades profesionales) y la incidencia de las
lesiones musculo-esqueléticas, junto a la exposición a agentes físicos. Subrayó
que “las empresas hábiles superan sus deficiencias organizativas enfrentando
los costes derivados de las enfermedades crónicas asociadas al envejecimiento
de su fuerza laboral”. Esto la llevó a concluir que “hay que invertir en las
personas. Las empresas que lo hacen son más competitivas. Pero es difícil hacer
PRL si no hay una concienciación colectiva”.
Modelo de empresa
saludable
El evento continuó con una mesa sobre buenas prácticas de empresas
saludables, moderada por Agustín Sánchez Toledo, gerente de seguridad y salud
en el trabajo, de Aenor.
Como introducción, Sánchez Toledo presentó la más reciente publicación
de Aenor, titulada ‘Modelo de empresa saludable’. Argumentó la oportunidad de
este libro o modelo en la sangría humana que representan las enfermedades
profesionales en toda la UE, y la necesidad de evitarla. Dijo al respecto que “los
trabajadores saludables son el activo más importante en la organización”. Citó
el derecho a la calidad de vida de los trabajadores, entendido como “estado de
completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedades
o afecciones”.
Inspirado en la doctrina de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y
aplicando metodología SIGES (Sistema de Gestión de Empresas Saludables), el
libro ‘Modelo de Empresa Saludable’ de Aenor pone de relieve buenas prácticas
basadas en los escenarios claves para la creación de entornos de trabajo
saludables. Estos escenarios son: ambiente físico (agentes físico-químicos,
biológicos y ergonómicos); ambiente psicosocial
(cultura de empresa); recursos de salud (actividad física, alimentación,
hábitos saludables, salud mental, envejecimiento); participación de la empresa
en la comunidad (prolongación hasta la familia de los trabajadores).
Agustín Sánchez Toledo resumió los beneficios de la empresa saludable en
“una mejora de la salud y de la motivación de los empleados, con un enfoque a
la mejora continua. Obteniendo, además, una mejora de la imagen de la empresa,
la integración con otros sistemas de gestión (OHSAS), y el cumplimiento de la
legislación”.
Para tomar ejemplo
Las empresas Mahou San Miguel, Grupo Cosentino, FCC y Biwel Salud
Empresarial explicaron sus métodos y campañas para mejorar la salud de sus
trabajadores, creando organizaciones saludables.
·Grupo Mahou-San Miguel
Ana Dávila, directora de PRL explicó que el grupo tiene unos 3.000
empleados, 9 fábricas, 3 sedes y un Servició de Prevención Mancomunado que
cubre las cuatro disciplinas preventivas.
El punto de partida de la política de prevención, impulsado y liderado
desde la dirección general, es la mejora continua de las condiciones de
trabajo, mejora de la calidad de vida y de la cultura preventiva de los
trabajadores. En el ámbito de la salud, el grupo aplica, desde 2001, el
programa “A tu salud”, que contempla con especial interés las lesiones
musculo-esqueléticas (LME), lesiones que, según la empresa, guardaban una
relación importante con los hábitos de vida de los trabajadores. La clave del
programa es la vigilancia de la salud, con reconocimientos médicos anuales
exhaustivos, y unas pautas de salud cardiovascular, espalda, actividad física,
rehabilitación, alimentación saludable. Los planes de salud, personalizados y
supervisados, son extrapolables a los familiares. Incluso han desarrollado el
‘Taller de Felicidad’, para atender problemas psicosociales y evitar su
somatización. La conclusión es: mejora de la salud y condición física del
trabajador (el 94% de los participantes hacen una valoración favorable),
bienestar psicosocial, disminución del número de bajas y su duración… “El
programa es una actividad muy rentable en todos los aspectos”, sentenciaba
Dávila en su conclusión.
·Grupo Cosentino
María Jesús López, responsable de seguridad y salud, definió a la
empresa almeriense (Cantoria) como una multinacional, de origen familiar, con
presencia en más de 100 países. Cosentino ha creado un concepto de salud
integral del trabajador en su ámbito laboral y extra-laboral. El objetivo es
conquistar la mítica cifra de cero accidentes pero, sobre todo, conquistar el
bienestar integral de su plantilla con la gestión de la salud. Dicho plan se
declina con diferentes acciones: corrección de malos hábitos relacionados con
la alimentación, consumo de tabaco, vicios posturales; vigilancia de la salud
(servicio médico); seguimiento del estado físico (Tratamiento ‘Corpore’).
Aplicando la máxima clásica de ‘mens sana in corpore sano’ (mente sana en un
cuerpo sano), “los trabajadores de Cosentino trabajan, junto con sus familias,
en el cuidado de la salud tanto física como espiritual (monitoreo del clima
psicosocial).
Como actividades sinérgicas, la empresa promueve el consumo de productos
sanos (máquinas de ‘vending’ de sus propias instalaciones), los talleres de
deshabituación tabáquica, o la participación activa de los trabajadores en la
vida de la empresa y su entorno laboral a través de los “desayunos con la
dirección”. Asimismo, Cosentino potencia la auto-evaluación previa al trabajo
con vistas a una mejora de la seguridad y la salud. Con las empresas
colaboradoras desarrollan las aulas de formación a marmolistas y personal ajeno
a la empresa.
Programa
preventivo de alcohol y drogas de FCC
Anna Puigdomènech, jefa del departamento de recursos humanos de FCC,
describió a su organización como una empresa “especializada en servicios
ciudadanos”. FCC, matriz de uno de los primeros grupos europeos de servicios públicos,
es conocida por su actividad de recogida de residuos sólidos; aunque tiene
otras actividades como la construcción, que le dio su origen, o la explotación
de energías renovables. Emplea a más de 93.000 personas en 65 países.
“La prevención de riesgos laborales forma parte del ADN de la empresa”,
explicó Puigdomènech. Fruto de las evaluaciones de riesgos, FCC inició hace
unos cinco años el programa “En el trabajo, drogas y alcohol 0,0”. Con la
metodología DAFO, la empresa analizó sus características internas
(debilidades y fortalezas) y su
situación externa (amenazas y oportunidades). El objetivo era la mejora
preventiva de un personal que trabaja en la calle, manejando frecuentemente
maquinaria.
La primera acción fue la formativa, combinada con la sensibilización del
comité de empresa, lo que se completó con una consulta de la plantilla, que
aprobó la medida unánimemente. La empresa ha puesto en marcha campañas de
sensibilización con un lenguaje directo (el de la “maría”, que sirve de titular
a este artículo, o “el ‘chocolate’ sólo con churros”). El programa preventivo,
segmentado en cinco áreas, ha sido un éxito. Así, se practica una detección y
control de consumos de riesgo, con pruebas, que pueden ser diarias,
planificadas, voluntarias, aleatorias, o siempre que se produce un accidente.
Cuando detecta un consumo, la empresa ofrece asesoramiento o derivación
médica (si es necesaria), “siempre con el objetivo de ayudar a la personas, no
de imponer sanciones”, puntualiza la responsable de RRHH. Los factores de éxito
han sido la transversalidad del programa, la implicación y el éxito de la ayuda.
Una de las consecuencias positivas, entre otras muchas, ha sido la reducción
del absentismo.
Ir a la empresa a
hacer salud
Estel Mallorquí, gerente de Biwel Salud Empresarial, asesora a las
empresas que aspiran a ser saludables. Se benefician los trabajadores, y la
inversión produce retornos importantes no sólo para la firma, también para el
PIB del país. Según explicó, “si se reduce el absentismo, la productividad
puede crecer hasta en un 52%. Paralelamente, las bajas laborales caen hasta en
un 32%, mientras que los costes médicos se abaratan un 50%. A esto hay que
añadir la reducción de otros costes indirectos”.
De forma práctica –invitando al auditorio a levantarse y practicar
sencillos ejercicios de desentumecimiento-, explicó que “el mayor riesgo entre
los trabajadores es la falta de ejercicio físico, lo que provoca una falta de
fuerza y la consiguiente inadaptación del sistema muscular”. Cuando el
trabajador con baja forma física se enfrenta a solicitaciones que superan a su
sistema muscular se producen los sobreesfuerzos, que suelen conducir a la aparición
de trastornos ergonómicos o lesiones musculo-esqueléticas. “Los trabajadores
sedentarios –dijo- tienen una tasa de absentismo un 18% superior a la de los
activos”. En este sentido, estableció la relación causa-efecto entre la falta
de condición física en el trabajo y las lesiones, advirtiendo de la necesidad
de “asociar el tipo de trabajo y el estilo de vida, sin olvidar el
envejecimiento natural y la pérdida de masa muscular que éste conlleva”. La
pauta ergonómica siempre se observará: adaptar el trabajo a la persona, y nunca
a la inversa.
© Manuel Domene Cintas
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