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lunes, 29 de diciembre de 2014

Muslyumovo, paradigm of the unsustainability

Much has been written about the Siberian village of Muslyumovo. It is believed to be the most polluted place in the world, or the second Chernobyl. We cannot close this round of nuclear nonsensical without providing some arguments for thinking.
At first glance, Muslyumovo is a remote and unknown place of idyllic seeming. Nothing farther from reality. It stands beside the Techa River, which gives life to it, and simultaneously provides the death. The river carries the lethal radioactive load which, for decades, has released the plant of Mayak, miles up the river course.

The planet and our children, and vice versa
Probably the greatest danger of nuclear power is not the power itself, but the human being and his attitude. As only reflection we propose a double question: What planet are we leaving to our children? What children are we leaving to our planet? Probably the classical ecology only raises the first question, whose solution is not easy. In any case, if we want a healthful planet and a sustainable exploitation of it, we must begin to change the mind of the emerging generations. We have to properly educate the children that we are leaving to our planet to take care of it. In other words, let’s stop worrying about the planet and instead let’s take care of the education of those who will manage it. If the flame of common sense and sustainability starts, we will avoid repeating mistakes that are already part of the recent history.
We need to spread the testimonial of Ramzis Fayzullin. Due to the exposure of his parents, he was born with hydrocephaly and severe health problems. His message was summarized in the slogan “Please, think about our future”. Ramzis has been a victim of unsustainability. Those responsible for his mishap shouldn’t ignore the complaint of this young man. “I want to be as anybody else. I do not want kids like me”, he claimed saddened as his companions ridiculed his look and the girls rejected him.

If the flame of common sense and sustainability starts, we will avoid repeating mistakes that are already part of the recent history. We need to spread the testimonial of Ramzis Fayzullin

Dark chronology
-In the 40s the Mayak plant was built, it supplied the plutonium for the first Soviet atomic bombs, and started the dumping of radioactive waste into the Techa River. The area would also become a graveyard of imported nuclear waste.
-In 1957, the explosion of a tank of waste contaminated a populated area of 1.5 million people. It was the worst disaster before Chernobyl accident.
-Ten years later (1967) a drought released the radioactive dust deposited in a lake near Mayak.
-In the nineties the population begins to know what was concealed for more than four decades, and that explained the litany of death and destruction in the form of “special illnesses” in the euphemism of officials. Nevertheless a model of responsible management was not launched.
-Between 2001 and 2004 up to 40 million cubic meters of radioactive sludge ended up in the radioactive landfill that is the Techa River. Even today, in its bank, the radiation exceeds 1,000 times the levels taken as normal. The locals still keep living -and dying- in a sewer-river that once was a source of life for Muslyumovo.

Read Spanish Version

Muslyumovo, paradigma de lo insostenible

Mucho se ha escrito del pueblo siberiano de Muslyumovo. Se le considera el lugar más contaminado del planeta, o el segundo Chernobil. No podemos cerrar esta tanda de esperpentos nucleares sin aportar algunos datos para la reflexión.
A simple vista, Muslyumovo es un lugar recóndito e ignoto de apariencia idílica. Nada más lejos de la realidad. Se encuentra junto al río Techa, que le da la vida, y le administra simultáneamente la muerte. El río transporta la letal carga radiactiva que, durante décadas, ha liberado la central de Mayak, kilómetros arriba en el curso fluvial.



El planeta y nuestros hijos, y viceversa
Probablemente, el mayor peligro de la energía atómica no sea la propia energía, sino el ser humano y su actitud. Como única reflexión planteamos una pregunta doble: ¿Qué planeta vamos a dejar a nuestros hijos? ¿Qué hijos vamos a dejar a nuestro planeta? Probablemente la ecología clásica sólo se plantea la primera pregunta, cuya solución no es fácil. En cualquier caso, si queremos un planeta sano y una explotación sostenible del mismo, tenemos que empezar a cambiar la mentalidad de las generaciones emergentes. Hemos de formar adecuadamente a los hijos que dejaremos a nuestro planeta para que lo cuiden. Dicho de otro modo, dejemos de preocuparnos por el planeta y ocupémonos de la educación de quienes lo gestionarán. Si prende la llama del sentido común y la sostenibilidad, evitaremos la repetición de errores que ya forman parte inevitable de la historia reciente.
Necesitamos que cunda el ejemplo de Ramzis Fayzullin. Por la exposición de sus progenitores, nació con hidrocefalia y graves problemas de salud. Su proclama quedó recogida en el slogan “Por favor, piensen en el futuro”. Ramzis ha sido una víctima de la insostenibilidad. Los responsables de su desgracia no deben ser ajenos a la queja de este joven. “Yo quiero ser como los demás. No quiero hijos como yo”, reclamaba entristecido cuando sus compañeros se burlaban de su aspecto, y las chicas le rehuían.

Si prende la llama del sentido común y la sostenibilidad, evitaremos la repetición de errores que ya forman parte inevitable de la historia reciente. Necesitamos que cunda el ejemplo de Ramzis Fayzullin

Siniestra cronología
-En la década de los 40 se construyó la central de Mayak, que suministró el plutonio para las primeras bombas atómicas soviéticas, e inauguró el vertido de residuos radiactivos en el río Techa. La zona se convertiría además en un cementerio de residuos nucleares importados.
-En 1957, la explosión de un tanque de residuos contaminó un área poblada por 1,5 millones de personas. Fue el accidente más grave antes de Chernobil.
-Diez años después (1967) una sequía dejó al descubierto el polvo radiactivo depositado en un lago cercano a Mayak.
-En la década de los noventa la población empieza a conocer lo que se les ocultó durante más de cuatro décadas, y que explicaba la letanía de muerte y destrucción en forma de “enfermedades especiales”, según un eufemismo de las autoridades. No por ello se puso en marcha un modelo de gestión responsable.
-Entre 2001 y 2004 hasta 40 millones de metros cúbicos de lodo radioactivo terminaron en el vertedero radiactivo que es el río Techa. Aún hoy, en su lecho, la radiación supera 1.000 veces los valores considerados como normales. Los lugareños siguen viviendo –y muriendo- en un río cloaca, que antaño fuera fuente de vida para Muslyumovo.

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