Tintas y otros
componentes
Las tintas de impresión (así
como sus barnices y aditivos) constituyen un riesgo laboral en tanto que
productos químicos. En el pasado, las tintas contenían metales pesados altamente tóxicos (mercurio, cadmio, plomo, cromo o
cromato de plomo, etc.). La cada vez más exigente normativa, así como los compromisos de buenas prácticas asumidos
por los propios fabricantes, hacen que los productos nocivos se hayan ido
sustituyendo paulatinamente. Las tintas offset contienen diversas proporciones
de otros componentes, como los agentes secantes, los agentes protectores de
superficie (ceras sintéticas), los modificadores de fluidez, los emulsionantes
agentes de carga, etc. que también entrañan riesgo laboral.
Manipulación de
tintas
Las tintas y disolventes exigen la adopción de medidas estrictas de seguridad química, sujetas a una evaluación
permanente del riesgo. La atención se centrará en:
-Utilizar tintas libres
de componentes peligrosos (metales pesados u otros pigmentos peligrosos). Se
primará el uso de tintas de base vegetal.
-Se dispondrá de sistemas
automáticos de alimentación de tintas y barnices, mediante tuberías y bombas
de aspiración, dotados de contadores de consumo de tinta combinados con
sistemas de llenado automático que sustituyan la manipulación manual de tintas
y eliminen la necesidad del operario de aproximarse para el control de la impresión.
Esta medida se completará con el uso de sistemas automáticos de vaciado de
cartuchos que sustituya la alimentación manual de recipientes de pequeño tamaño
mediante espátula.
Prevenir el riesgo químico en el sector de las artes gráficas depende
siempre de las sustancias utilizadas en el proceso productivo. Por ello,
resulta fundamental llevar a cabo una Evaluación
de Riesgos Laborales específica del riesgo químico (evaluación que debe
actualizarse siempre que se introduzcan cambios en el proceso-instalación,
etc.).
Ventilar bien un local, industria o taller no se limita al hecho de poner ventiladores, sino que se requiere un estudio concienzudo para captar cualquier emisión nociva en su foco (sin diseminarla por el ambiente)
Post-impresión
El riesgo derivado de las sustancias químicas no acaba con la fase de
impresión. Un sub-proceso de la fase
de post-impresión resulta
particularmente crítico, pues incluye todas las operaciones de limpieza de los rodillos entintadores, tinteros,
planchas de impresión, cilindros de impresión, cubetas, etc., partes que han
sido impregnadas por las tintas, barnices, etc. Dicha limpieza se efectúa con disolventes cuando acaba la impresión o
cuando se da un cambio de color porque los cilindros, la cubeta y las válvulas
quedan impregnados de tintas inservibles. La limpieza de estas piezas se
realiza de forma automática o manual con trapos y trozos de tela impregnados
con disolventes orgánicos o con detergentes y con agua, en el caso de tintas en
base acuosa (proceso que sustituye el uso de sustancias nocivas como son los
disolventes).
Los disolventes orgánicos
representan un grave riesgo higiénico,
por lo que deben sustituirse por métodos
alternativos y seguros: agua caliente, a presión, con detergente, cepillos,
productos de limpieza basados en aceites vegetales (por ejemplo la soja). También
puede recurrirse a los productos de limpieza basados en ciertas disoluciones
acuosas, uso de agentes de limpieza de baja volatilidad (por ejemplo, vapor a
presión).
La buena ventilación resulta
vital, debiendo monitorizarse el correcto funcionamiento de sistema de
extracción (cualquier fallo del mismo debe suponer la inmediata detención
automática del proceso). Y, nuevamente, recordamos que ventilar bien un local,
industria o taller no se limita al hecho de poner ventiladores, sino que se
requiere un estudio concienzudo para captar cualquier emisión nociva en su foco
(sin diseminarla por el ambiente).