viernes, 19 de junio de 2015

El tóner y el ‘pulmón de oficinista’

Quien considere la oficina como lugar seguro, debe ir cambiando de idea. La calidad del aire interior representa un problema de salud. La atmósfera de la oficina (continente) puede estar contaminada por múltiples sustancias vinculadas al contenido. Por ejemplo, el mobiliario, suelos y revestimientos (vapores de formaldehido), tapizados y otros materiales sintéticos, productos químicos, tóner. Este cóctel de polución ambiental afecta a la salud de los trabajadores, que desarrollan el síndrome de lo que se ha etiquetado como “pulmón de oficinista”, pero que no es un asunto nuevo, sino que existe desde el despegue de la reprografía.



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