Existe la impresión generalizada de que el trabajo en el sector del juego (bingos y casinos)
difiere de otros en cuanto a los factores
de riesgo o la incidencia de las enfermedades profesionales (E. P.) y
accidentes laborales. Esa apreciación equivocada ha propiciado la frecuente
falta de medidas de prevención de
riesgos laborales así como una preocupante falta de actuación por parte de las
administraciones públicas y, por supuesto, de las empresas, que han querido
imaginar, de manera interesada, unas situaciones poco menos que idílicas, sin
más problemática que la derivada de las enfermedades comunes. En el sector del juego, los trabajadores se juegan su propia salud.
Baja siniestralidad
Entre los rasgos específicos del sector juego está su baja tasa de siniestralidad (aunque no
es siniestralidad cero), a lo que hay que añadir la estabilidad en el empleo (más del 70% por ciento de los
trabajadores son fijos, según un informe de UGT Madrid).
La central sindical recuerda que, en el sector del juego, “existen
varios riesgos importantes (humo de
tabaco, toxicidad de las monedas y billetes, iluminación, estrés, etc.), cuyo
tratamiento no está siendo el más adecuado para conseguir su minimización o
eliminación definitiva. Y que tienen capacidad de provocar daños a la salud de los trabajadores/as y, por tanto, de
producir bajas laborales que
afectarían a la productividad del sector y a la calidad de vida de sus
trabajadores”.
Se reconoce como una debilidad actual la falta total de formación e información
sobre Prevención de Riesgos Laborales
entre los trabajadores del sector. Asimismo, una de las principales amenazas es
la falta de libertad (o pocas
posibilidades) para organizar el
trabajo, no pudiendo decidir ni su ritmo
(con márgenes muy estrictos y ajustados) ni sus descansos. Se estima que la reducción
de la jornada laboral produciría una disminución importante de las bajas laborales,
debidas fundamentalmente a la fatiga
física y la carga mental que padecen los trabajadores del sector. Otros
riesgos generalizados son el ruido, iluminación, temperatura, ventilación y
climatización, trastornos musculo-esqueléticos, fatiga mental, turnicidad
(cambio de turnos de trabajo) y trabajo nocturno, estrés por sobrecarga /
trabajo monótono y repetitivo, acoso laboral / sexual. Destacamos algunos.
Los problemas de salud empiezan por la alteración de los hábitos alimentarios y, a largo plazo, con alteraciones más graves, que pueden ser gastro-intestinales, neuro-psíquicas y cardio-vasculares
Trabajo a turnos y
nocturno
El ser humano es diurno:
estamos ‘programados’ para trabajar de día y descansar de noche. Nuestro reloj biológico controla la fisiología
y la bioquímica del organismo sobre un patrón
cíclico de 24 horas (ciclo circadiano). El cambio de turno de trabajo y,
especialmente, el trabajo en el turno de
noche provocan una inversión del
ciclo natural actividad-descanso, obligando a los trabajadores por turnos a
ajustar sus funciones al periodo de actividad nocturna, algo contrario a nuestra propia naturaleza.
Los efectos adversos del trabajo por
turnos se incrementan con la edad,
siendo el grupo crítico de edad (en promedio) el comprendido entre los 40 y los
50 años. El envejecimiento hace cada vez más difícil dormir durante el día.
·Alteración del sueño
La mayoría de los problemas de salud de las personas que trabajan
por turnos tienen relación con la calidad
del sueño. Nuestra predisposición a la actividad diurna hace que, al
finalizar un turno de noche, el cuerpo no se encuentre, por lo general,
predispuesto para el sueño. Esta falta
de adaptación degenera, con el tiempo, en fatiga crónica, que puede provocar graves problemas de salud. El deterioro suele manifestarse, en primer
lugar, por la alteración de los hábitos alimentarios y, más a largo plazo, con
alteraciones más graves, que pueden ser gastro-intestinales, neuro-psíquicas y
cardio-vasculares. Además, el trabajo por turnos puede interferir en la vida familiar y las relaciones sociales.
Estrés y estresores
en juego
Los trabajadores de
bingos y casinos tienen todas las cartas para que les toque lidiar con el estrés. Éste aparecerá, dependiendo de
factores individuales, cuando la persona perciba que las demandas del entorno superan a sus capacidades para afrontarlas, y valore la situación como una amenaza. Entre los factores de estrés
del colectivo encontramos:
·Estresores del
ambiente físico
-Iluminación. Es común en casi todos los bingos y casinos la
iluminación inadecuada, focos
iluminando directamente a la cara y deslumbrando, con excesiva potencia, zonas
de las mesas de juego en sombra, etc.
-Ruido. Las máquinas
tragaperras producen un efecto negativo en la concentración de los
crupieres y el aumento de errores en su trabajo.
-Temperatura. Es frecuente el uso inadecuado del aire acondicionado y la calefacción, los cambios
bruscos de temperatura y la salida de chorros de aire enfocados directamente a
las zonas donde están situados los crupieres, los jefes de mesa y los cajeros, errores
de diseño comunes.
·Estresores de la
tarea
-Sobrecarga laboral. Tiene un impacto directo en hábitos
nocivos (alcohol, tabaco), incremento de la ansiedad, baja autoestima, fatiga, frecuencia
cardiaca elevada y falta de satisfacción laboral.
·Estresores de la
organización
-Conflicto/ambigüedad de rol. Falta de definición en las
áreas de trabajo, objetivos y responsabilidades.
-Relaciones interpersonales. Convivencia estrecha con otros trabajadores, jefes, subalternos,
etc.; reparto de propinas diferente por categorías.
-Promoción y desarrollo. Es un gran estresor si se ven truncadas las expectativas personales.
Ganarle la partida a estos estresores pasa por dejar de
considerar al juego como un sector seguro.
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