Estrés a raya
El estrés es un síntoma. Por tanto, habrá que intervenir
en sus causas con patrones de comportamiento saludables,
por ejemplo:
-Asociar el trabajo a
determinados momentos y lugares, y no permitir que se rebasen esos límites.
Diversos estudios muestran que aproximadamente un 50% de las personas llevan
trabajo a sus casas y que la incidencia de interferencias
entre el trabajo y la vida es mayor entre aquéllos que tienen empleos con más
autoridad y presión. Es obvio que si el trabajo permea el hogar o ámbito
privado, también lo harán las tensiones
asociadas al entorno laboral.
Para las personas que trabajan en su casa (teletrabajadores) es fundamental que
destierren el hábito de usar el portátil
en el sofá, o en la cama. Para poder desconectar, la
persona debe trabajar en un espacio
determinado. Así, cuando salga de su espacio de trabajo, entrará
automáticamente en un contexto mental
que no es el laboral.
-Poner fin al abuso
de dispositivos móviles. Estos dispositivos son auténticos ladrones de tiempo que, por otra parte, generan presión y estrés, al tiempo que dificultan la
desconexión. Los estudios indican que un usuario medio puede revisar su teléfono más de cuarenta veces al día, y llegar a pasar casi cinco horas diarias usando
dispositivos móviles. De ahí que un 30% de los usuarios considere a sus
teléfonos inteligentes como una “cadena”
a la que están unidos por una relación
harto contradictoria de amor-odio.
Es conveniente contar con móviles diferentes para el trabajo
y el uso personal, dejando el teléfono
de empresa apartado (incluso apagado) las noches y los fines de semana. Igualmente,
los expertos recomiendan no mirar el correo
electrónico de trabajo dos horas antes de irse a dormir.
-Contar con una red
social de apoyo. Está comprobado que el no sentirse solo cursa con niveles
de estrés más bajos, pues la persona ve aumentada su capacidad de afrontar los problemas, al tiempo que crece su autonomía y, con ello, la autoestima y la perspectiva vital.
Los dispositivos móviles son auténticos ladrones de tiempo que, por otra parte, generan presión y estrés, al tiempo que dificultan la desconexión
Síndrome de la vida
acelerada
Todos tenemos prisa
y, aunque ésta no siempre esté justificada, lo cierto es que lo vivimos con irritabilidad,
enojo, nerviosismo y ansiedad. Hay terapias
de choque contundentes para ayudarnos a “bajar de vueltas” en los momentos pico. Una de ellas es un ejercicio físico (intenso pero de corta
duración). La experta en estrés, Kathleen Hall, recomienda tener una cuerda en la oficina y saltar. Otros
pueden preferir hacer flexiones para
desestresarse. El ejercicio mejora la oxigenación,
precursora de la liberación de endorfinas.
Otros especialistas sugieren los
estiramientos de yoga (5 segundos) que pueden hacerse incluso estando
sentados en la silla de la oficina; o concentrarse en la respiración (haciendo inspiraciones profundas); visualizar mentalmente imágenes agradables (los
límites los pone la imaginación); relajarse inhalando extractos naturales (aromaterapia).
No hay comentarios:
Publicar un comentario