De la mano de la inteligencia
artificial, las personas electrónicas han llegado para quedarse y, puesto
que tienen que convivir con los humanos,
el legislador llena el vacío legal
con los primeros principios robo-éticos.
Reglas legales
civiles europeas en robótica
Anticipándose a una hipotética rebelión de las máquinas, la
Unión Europea ha instado a la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento para
la puesta a punto de normas de
seguridad, éticas y legales que regulen los importantes avances que se
están logrando en el campo de la robótica y de la inteligencia artificial.
En tanto que personas electrónicas, los robots tienen obligaciones y derechos, pudiendo hacer frente a
reclamaciones por responsabilidad en caso de daños. A continuación, una síntesis
de este ‘semi-decálogo’ (sólo tiene 9 puntos) en fase de borrador.
1. Proteger a los
seres humanos de los daños causados por robots
La dignidad humana,
lo primero. Se pide que los robots incorporen el ‘botón de la muerte’, un ‘reset’ a la brava por si la máquina
comienza a incordiar, o no hace aquello para lo que se concibió.
Cualquier persona humana (hijo de vecina) puede negarse a ser atendido por una persona
electrónica (robot). Ciertamente, existen campos críticos: ¿qué anciano/a de
geriátrico admitiría que un robot le diera de comer o le cambiara de pañal?
3. Proteger la
libertad humana frente a los robots
¿Puede un robot tener ‘alma’ de dictador y coartar la
libertad del ser humano con el pretexto de protegerlo? El software es rígido
(ceros y unos, sin matices). Para evitar
extra-limitaciones del robot, se prima la autonomía de decisión de la
persona. La pregunta es: ¿cómo reaccionará el robot cuando sea desautorizado
por el humano?
A veces debemos frotarnos los ojos para empezar a asimilar, pero no hay vuelta atrás. Cada día hay más robots humanoides entre nosotros, con precios en torno a los 30.000 euros
Los robots que interactúan con humanos capturan gigabytes de
información de sus partners. En suma, son auténticas máquinas de espionaje… Dicha información puede plantear un escollo
para el derecho a la intimidad de la persona, especialmente si alguien hace
‘cantar’ al robot.
5. Gestión de datos personales
procesados por robots
Los robots que sepan hacer uso del ‘Big Data’, sabrán más de nosotros que nosotros mismos. Y,
trabajando en red, pueden intercambiar
información de nuestros datos con otros robots… Se vislumbra aquí una grave vulnerabilidad del género humano
frente a la máquina cibernética, que requiere la intervención del legislador.
6. Proteger a la
humanidad contra el riesgo de manipulación por robots
En la película ‘Her’
veíamos las consecuencias de enamorarse de una robot, y padecer las vicisitudes
del amor, pero ejercidas con precisión matemática por una máquina con capacidad de aprender. Dicho de otro modo, que es mejor
enfurruñarse con la parienta que con una robot de aplastante lógica cartesiana.
El principio robo-ético en este caso debe proteger a las personas de intimar con robots (recuérdese que los
robots pueden simular emociones… crear una ficción de amor…). El mejor consejo
para almas solitarias es que
sustituyan el robot de compañía por el animal
de compañía. Si éste le muestra aprecio, será una emoción biológica real,
no una función electrónica de una máquina.
7. Evitar la disolución
de los vínculos sociales
Los humanos somos seres sociables.
Necesitamos, por tanto, el contacto con nuestros semejantes. No podemos
abandonarnos en manos de robots
autónomos, que, al tiempo que nos prestan todo tipo de servicios, nos
impiden el contacto con los profesionales
humanos que nos darían los mismos servicios. En suma, el legislador
entiende que el robot no puede sustituir completamente a los seres humanos.
8. Igualdad de acceso
al progreso en robótica
No debería haber segundas
divisiones en cuanto al acceso a los avances robóticos. Ya existe una brecha digital evidente que, si se
agudiza, conducirá a una sociedad
claramente distópica, alejada del ansiado bienestar.
9. Restringir el
acceso humano a las tecnologías de mejora
Los ‘cyborg’ son
para las películas. De momento los seres
biónicos (hibridaciones de humano y sistema robótico) no se contemplan. La
esencia humana y su dignidad deben ser protegidas tal como son, sin añadidos
ciber-mecánicos.
A veces nos asalta el pensamiento de que la tecnología
avanza más rápido que nuestra propia capacidad de comprensión. Esto es cierto
para la robótica y los robots colaboradores. Ciertamente, debemos frotarnos los
ojos para empezar a asimilar, pero no hay vuelta atrás. Cada día hay más robots
humanoides entre nosotros, con precios en torno a los 30.000 euros.
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