El 16 de abril se celebra en todo el mundo el Día Mundial de la Voz con el objetivo de crear conciencia sobre la importancia del cuidado de la voz y la detección oportuna de las enfermedades que afectan a las cuerdas vocales.
Sintomatología y
actuación precoz
Sea cual sea el origen de la patología de voz (disfonía), aparece un patrón sintomático que puede incluir el
carraspeo, necesidad de aclarar-despejar la laringe tosiendo, aparición de
secreciones abundantes, sensación de cuerpos extraños u hormigueo en la
garganta, sensación de dificultad fonadora que requiere un esfuerzo para
producir los sonidos (debilidad de la voz), falta de control en la intensidad o
el tono, voz rota o ronca, dificultad para hacerse entender o mantener la
capacidad vocal hasta el final de la jornada…
La prevención se ejercerá en tres ámbitos: condiciones ambientales, organizativas, e individuales, cuyo control permitirá hacer un uso profesional de la voz
El protocolo de actuación exige
la visita al otorrinolaringólogo si los síntomas no remiten en un par de
semanas. Este tipo de afecciones tienen tratamiento
y son curables, siempre que tengan un diagnóstico oportuno. Hasta el 80% de los
trastornos se corrigen con rehabilitación
vocal (terapia de la voz); en algunos de los casos se requerirá tratamiento
médico, o bien quirúrgico.
Mejor prevenir
La prevención se ejercerá en
tres ámbitos: condiciones ambientales,
organizativas, e individuales, cuyo control permitirá hacer un uso
profesional de la voz.
-Ambientales. Se requiere
gestionar factores como la humedad, ventilación, corrientes de aire, polvo en
suspensión, químicos aero-dispersos, ruido ambiental.
-Organizativas. Hay que
distribuir las tareas para evitar la sobrecarga, siendo conveniente utilizar
los medios técnicos disponibles hoy día.
Todas las medidas preventivas son necesarias, aunque enfatizaremos aquí algunas medidas de
carácter individual encaminadas a proteger la función vocal haciendo un uso
profesional de la misma. Entre éstas:
-Evitar hablar por encima del ruido ambiental. Hablar pausadamente sin
forzar la voz.
-Evitar hablar de manera prolongada, a larga distancia y en el exterior.
En el caso del profesorado, se pueden delegar tareas vocales en los alumnos,
usar la pizarra o hacer pausas de voz.
-Acortar las distancias entre el hablante y su auditorio, conformando
éste en forma de U, cuando sea posible. Los profesores pueden impartir parte
del tiempo de clase desde el centro del aula.
-Conocer los propios límites relativos al tono y la intensidad de la
voz, siendo conveniente el aprendizaje de técnicas de proyección vocal para
producir la fonación con un soporte muscular adecuado e independiente de la
garganta.
-Evitar la tos, procurando al mismo tiempo beber agua lentamente, así
como relajar la garganta mediante el bostezo.
-Reducir la tensión de los músculos de la cara, el cuello, los hombros y
la garganta con técnicas y ejercicios de relajación específicos, evitando tensar
o apretar los dientes, la mandíbula o la lengua durante la fonación.
-Formarse en técnicas respiratorias adecuadas para favorecer la fonación
(relajación corporal).
-Adoptar posturas correctas; es decir proyectando siempre la voz hacia
el auditorio (muchos profesores hablan mientras escriben en la pizarra).
-Introducir pausas de trabajo para evitar sobre-esfuerzos. También conviene detectar precozmente los signos de
fatiga vocal que se han señalado al principio.
-Utilizar medios de amplificación de la voz, siempre que sea posible.
Como colofón, recordar que todos los profesionales de la voz deben efectuar
controles periódicos, que la empresa
debe facilitar. Los servicios de
prevención de las empresas han de incluir en el examen de salud protocolos específicos de vigilancia de la
salud por sobrecarga de la voz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario