La prueba de ajuste obligatoria, concepto que no existe en
España pese a la recomendación favorable del Instituto Nacional de Silicosis,
permite asegurar la eficacia de la protección respiratoria.
FPA, el indicador más
real
En función de su categoría y características, los EPR
ofrecen un Factor de Protección Nominal (FPN) ensayado en laboratorio, que
indica la concentración máxima de contaminante frente a la que protege un
equipo. Sin embargo, las condiciones reales de trabajo difieren mucho de las
condiciones ideales del test de laboratorio. Circunstancias como la presencia
de vello facial, o la falta de entrenamiento en la colocación y ajuste del EPR
pueden causar fugas de aire contaminado hacia el interior del EPI y alterar el
factor de protección. Por este motivo, hay países que efectúan mediciones “in
situ” (puesto de trabajo) para evaluar con mayor realismo los Factores de
Protección. Así, Reino Unido, Alemania o Francia tienen en cuenta el Factor de
Protección Asignado (FPA), que es menor al nominal y se obtiene con mediciones
en el puesto de trabajo. Un FPA de valor 10 supone que el equipo de protección,
correctamente utilizado, será seguro frente a concentraciones peligrosas de
hasta 10 veces el máximo permitido para un contaminante. Respecto al FPA y
pruebas de ajuste, JSP hace hincapié en que “somos un fabricante inglés y, en
Inglaterra, la prueba de ajuste es de obligado cumplimiento”. También añaden
que “los FPA pueden considerarse un indicador fiable si se ha demostrado que
existe un ajuste adecuado entre el equipo y la cara del usuario y que los
trabajadores están adecuadamente formados y supervisados, mientras que los FPN
deberían emplearse para la comparación de diferentes equipos de protección
respiratoria”.
JSP, el fabricante independiente más grande de Europa, es un especialista de referencia en EPIs para uso por encima de los hombros (protección craneal, respiratoria, ocular y auditiva)
Silicosis, un problema
sanitario de primer orden
Humo, vapores, polvo, partículas respirables, sustancias
químicas, agentes biológicos aero-dispersos, etc. provocan serios daños a la
salud en forma de neumoconiosis, silicosis, asma, enfermedad pulmonar
obstructiva crónica (EPOC), cáncer de pulmón… Son muchos los escenarios de
riesgo, aunque nos centraremos en esta ocasión en la silicosis. La silicosis, enfermedad pulmonar intersticial causada
por la inhalación de polvo de sílice cristalina, continúa siendo causa de
morbilidad y mortalidad en todo el mundo, a pesar de ser una de las
enfermedades de origen ocupacional más antiguas. Pocos trabajadores son
conscientes de los riesgos de inhalar polvo de sílice cristalina. Las empresas de
la UE deben controlar y evitar la exposición. En cuanto a los fabricantes de EPIs, el reto es desarrollar y fabricar
productos que ofrecen mejor ajuste y minimizan la fuga hacia interior.
JSP
ofrece valiosas herramientas para este cometido:
-Mascarillas desechables. Se han diseñado para optimizar
el ajuste, por eso incorporan clips regulables y, en el caso del modelo
Springfit un endoesqueleto (estructura interna) que mantiene la forma de la
mascarilla, aumentando así la calidad del sellado con la cara.
-Semi-máscara Force™8. Disponible en 3 tallas para
que cada usuario encuentre un buen ajuste. Con dos filtros, incluye la válvula
de exhalación Thyphoon™, que ofrece menor resistencia a la respiración,
garantizando su funcionamiento incluso a muy bajas temperaturas (testada a -40º
C). Se fabrica con caucho termoplástico duradero y de alta calidad, que ofrece
un ajuste superior a la mayoría de las anatomías faciales. A este beneficio
cabe añadir el arnés de 4 puntos de sujeción totalmente regulables y las
hebillas de liberación rápida, lo que garantiza una comodidad y un ajuste
excepcionales. Gracias a su tamaño compacto es compatible con la mayoría de las
pantallas faciales y de soldadura del mercado. Certificada por la norma EN 140,
Force8 incluye adhesivos reflectantes que incrementan la visibilidad.
-La máscara completa Force™10. Es la más ligera del mercado en su categoría. Dispone de la válvula Typhoon™ y amplio visor con campo de visión de más de 180º
fabricado con policarbonato de clase óptica 1. Incorpora los orificios de
entrada sin válvula para colocar los filtros de partículas, gas, humo, vapor.
Su arnés está fabricado con termoplástico elastómero, con clips de ajuste de ABS. Aportan elasticidad, facilidad de usar,
ajustar y quitar con un solo dedo sin necesidad de quitar los guantes para
realizar los movimientos. La máscara distribuye su reducido peso de forma muy ergonómica
Disponible en tres tallas
para ajustarse a todos los tamaños y formas de cara.
-Filtros con tecnología ‘PressToCheck™ compatibles con Force™8 y Force™10. Es una solución
de auto-chequeo diario, patentada por JSP, que permite al propio usuario comprobar instantáneamente si lleva bien
puesta la máscara. El ajuste perfecto a la cara del trabajador se consigue
en 3 pasos (ajustar, apretar y probar) que los responsables de la compañía
resumen de este modo: “Poner los tirantes y el arnés por encima de la cabeza y ajustarlos para que estén seguros
y ofrezcan confort; presionar la parte delantera y trasera de las dos cubiertas
de los filtros al mismo tiempo para parar el aire que entra a través de los
filtros (“Press to Check™”). Aspirar. La máscara no debe dejar entrar nada de
aire. Ajustar si es necesario".
Según el estudio del Instituto Nacional de Silicosis (INS),
el 95% de los casos de silicosis afectan a trabajadores en activo (un 40% de
los mismos acabará desarrollando cáncer de pulmón). JSP crea consciencia
preventiva con sus talleres ‘in situ’, donde se efectúan pruebas de ajuste que,
si bien no tienen validez estadística, confirman el excelente ajuste de las
mascarillas, semi-máscaras y máscaras completas de la marca.
-Kit para evaluar el ajuste facial. La prueba de ajuste
cualitativa Fit2Fit. Puede servir no sólo como método para garantizar que los
trabajadores están adecuadamente protegidos sino también como forma eficaz de
enseñarles la forma correcta de ajustar una mascarilla.
-Formación del personal. Sensibilización sobre los
riesgos, formaciones sobre uso de EPR por personal acreditado, talleres de
protección respiratoria en colaboración con entidades diversas (asociaciones, mutuas
colaboradoras, etc).
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