Reflexionar sobre si debe primarse la seguridad laboral o, por el contrario, la lucha contra la siniestralidad no es un debate estéril. El asunto, no obstante, puede convertirse en una discusión bizantina sin resolución inmediata: unas empresas priorizarán la salud; otras, la siniestralidad cero, dependiendo de la cultura preventiva de cada organización. Puestos a fomentar el debate, nosotros abogamos por un estatus parejo entre ambas exigencias. Lejos de relajar la vigilancia de la salud y la seguridad, ha de ponerse el acento en la salud ocupacional y en la prevención. Se trata de evitar que el trabajador enferme a causa de su trabajo. Al fin de cuentas, son las enfermedades del trabajo las que causan más lesiones o muertes que los propios accidentes en el tajo.
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