(PL 55) TRABAJO Y SALUD. TS-Manganeso.doc. Manuel Domene. Palabras: 2090
Subtítulo:
El TMM es una neuro-toxina con efectos similares a los del plomo
Entradita:
Mientras que la gasolina con plomo está siendo eliminada en todo el mundo, otra neuro-toxina se está comercializando como sustituta del plomo. Crece la preocupación sobre los potenciales efectos negativos sobre la salud y el ambiente del nuevo aditivo MMT (Methylcyclopentadienyl Manganese Tricarbonyl). A partir de la experiencia global con el plomo, la pregunta es si existe información suficiente para aplicar el principio de precaución al uso del TMM (según la sigla española). Por lo pronto, son muchísimos los oficios afectados, que concretamos en el de gasolinero... Como dicen algunos marketinianos, “la vida es demasiado corta para equivocarse de trabajo”.
Este producto cuyo nombre es tricarbonilo metilciclopentadienil de manganeso fue en ese momento una alternativa complementaria al uso de los mejoradores de octano (octane improvers) a partir de plomo. El TMM se ha utilizado como aditivo del fuel-oil, como inhibidor de humos y como antidetonante en gasolinas. Además, con el TMM se consigue una reducción del consumo de crudo, resultado del requerimiento de menor octanaje del refinado.
Existen otras aplicaciones industriales. El manganeso se utiliza en la producción del acero como reactivo para reducir el oxígeno y el azufre, y como agente de aleación para la fabricación de aceros especiales, aluminio y cobre. En la industria química se utiliza como agente oxidante y para la producción de permanganato de potasio y otros productos químicos derivados del manganeso. Además, se utiliza como recubrimiento de electrodos en varillas de soldadura, en los trituradores de rocas y en las agujas y cambios de vía de los ferrocarriles. También se emplea en la fabricación de cerámica, cerillas, vidrio y tintes. Algunas sales de manganeso se utilizan como fertilizantes o en la fabricación de vidrio, como decolorantes de textiles y en el curtido de pieles.
Riesgos para la salud
·Absorción, distribución y excreción
En situaciones laborales, el manganeso se absorbe principalmente por inhalación. Al torrente sanguíneo sólo llegan las partículas suficientemente pequeñas para alcanzar el alvéolo pulmonar. Las partículas de mayor tamaño inhaladas pueden ser depuradas por las vías respiratorias y deglutidas (sistema digestivo). El manganeso también puede llegar al aparato digestivo a través de los alimentos o del agua contaminada. La absorción de manganeso a través de la piel puede considerarse inapreciable.
El manganeso absorbido se elimina rápidamente de la sangre y se distribuye principalmente en el hígado. El exceso de metal se puede distribuir en otros tejidos, como los riñones, el intestino delgado, las glándulas endocrinas y los huesos.
El manganeso atraviesa las barreras hemato-encefálica y placentaria, habiéndose observado concentraciones más elevadas del metal en las zonas más pigmentadas del organismo, como son la
retina, la conjuntiva pigmentada y la piel morena.
La latencia biológica del manganeso es de 36 a 41 días, pero en el caso del manganeso depositado en el cerebro, es considerablemente mayor. El compuesto orgánico TMM se metaboliza rápidamente en el organismo. La bilis constituye la principal vía de excreción del manganeso, por lo que se elimina casi completamente en las heces.
·Fuentes de exposición
Se producen intoxicaciones por manganeso en la minería y en la industria de transformación del mineral, en la producción de aleaciones de manganeso y en la fabricación de pilas secas, electrodos para soldadura, barnices y baldosas cerámicas.
Los trabajos de minería presentan el mayor riesgo profesional. Las operaciones que producen las mayores concentraciones de polvo de dióxido de manganeso son las de triturado y pega de barrenos. La toxicidad de los distintos compuestos de manganeso parece depender del tipo de ion manganeso y de su estado de oxidación: cuanto menos oxidado esté el compuesto, mayor será su toxicidad.
·Intoxicación crónica por manganeso (manganismo)
La intoxicación crónica por manganeso puede tener manifestaciones
nerviosas o pulmonares. Si afecta al sistema nervioso, se pueden distinguir tres fases. Durante el período inicial, es difícil diagnosticar la intoxicación. El diagnóstico precoz es vital, ya que la interrupción de la exposición parece frenar eficazmente el curso de la enfermedad.
Los síntomas de esta fase son: indiferencia y apatía, somnolencia, pérdida de apetito, cefalea, vértigo y astenia. También pueden existir accesos de excitabilidad, dificultades para caminar y de coordinación, calambres y dolor de espalda. Todos estos síntomas pueden presentarse en diferentes grados y aparecer simultáneamente o aislados, y marcan el comienzo de la enfermedad.
La fase intermedia se caracteriza por la aparición de síntomas objetivos. En primer lugar, la voz se torna monótona y se convierte en un susurro, el habla es lenta e irregular, en ocasiones con tartamudeo. La expresión del rostro es impasible y sonriente o aturdida y vacía, lo que puede atribuirse a un aumento de tono de los músculos faciales. De repente, el paciente puede romper a reír o, más raramente, a llorar. Aunque sus facultades están muy disminuidas, parece que se encuentra en un estado perpetuo de euforia. Los gestos son lentos y toscos; la marcha es normal, pero puede existir un movimiento de vaivén en los brazos. El paciente es incapaz de correr y tiene grandes dificultades para caminar hacia atrás, en ocasiones con retropulsión. Se puede desarrollar una dificultad para realizar movimientos alternos rápidos, aunque el examen neurológico no suele revelar ninguna alteración salvo, en ciertos casos, hiperreflexia patelar.
En pocos meses, el estado del paciente se deteriora notablemente y las distintas alteraciones, en especial las que afectan la marcha, se van acentuando progresivamente. El síntoma más precoz y evidente en esta fase es la rigidez muscular, que es constante aunque de grado variable, y determina una forma de caminar muy característica (lenta, espasmódica o inestable), en la que el paciente carga el peso sobre el metatarso y produce un movimiento que se ha descrito como “marcha de pollo”. El paciente es absolutamente incapaz de caminar hacia atrás y, si lo intenta, se cae; al juntar los pies, tiene una gran dificultad para guardar el equilibrio y sólo puede girar muy lentamente. Puede existir temblor, frecuentemente en las extremidades inferiores, aunque en ocasiones es generalizado.
Los reflejos tendinosos, que rara vez son normales, aparecen aumentados. A veces existen alteraciones vasomotoras con sudoración súbita, palidez o enrojecimiento; también, ocasionalmente, el paciente puede presentar cianosis (color azulado) en las extremidades.
La mente del paciente trabaja con gran lentitud; su escritura se torna irregular, hasta el punto de que algunas palabras son ilegibles. Puede haber alteraciones de la frecuencia cardíaca. En esta fase, la enfermedad se vuelve progresiva e irreversible.
La forma pulmonar de la enfermedad suele conducir a “neumoconiosis por manganeso”. También se han descrito neumonías por manganeso. La correlación entre la neumonía y el manganeso no está bien establecida, aunque, en cualquier caso, éste actuará como un factor de agravamiento de cualquier dolencia respiratoria.
·Diagnóstico
El diagnóstico de la enfermedad se basa principalmente en los antecedentes personales y laborales del paciente (el tipo de trabajo, la duración de la exposición, etc.). Sin embargo, la naturaleza subjetiva de los síntomas iniciales dificulta el diagnóstico precoz de la enfermedad, tan importante para preservar la calidad de vida del paciente. Por otra parte, puede ser difícil distinguir entre la intoxicación por manganeso y otras enfermedades, como la sífilis nerviosa, la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple, la enfermedad de Wilson, la cirrosis hepática y la enfermedad de Westphal-Strümpell (pseudoesclerosis).
Medidas de salud y seguridad
La prevención de la intoxicación por manganeso consiste básicamente en suprimir los polvos y humos de este metal, evitando el contacto con todas sus formas, presentaciones o combinaciones (recordemos que una de ellas –motivo de este artículo- es la gasolina). En las minas, se debe sustituir el barrenado en seco por métodos de perforación en húmedo. Las pegas con explosivos se realizarán al final de la jornada laboral, para poder ventilar la zona antes de que comience a trabajar el nuevo turno. Además, es necesario un buen sistema de ventilación general. En determinadas situaciones laborales, deberán utilizarse equipos de protección respiratoria con suministro de aire o respiradores autónomos, a fin de evitar una exposición excesiva de corta duración.
Es esencial un alto grado de higiene personal, así como instalaciones sanitarias adecuadas; se debe proporcionar a los trabajadores ropa de trabajo y tiempo para que, obligatoriamente, se
duchen y se cambien de ropa al final de la jornada laboral.
También deberá estar prohibido comer y fumar en el lugar de trabajo. Es importante realizar determinaciones periódicas de los niveles de exposición, prestando especial atención a la distribución por tamaños de las partículas de manganeso en el ambiente.
Otra fuente potencial de exposición que debe considerarse es la contaminación de los alimentos y el agua potable, así como los hábitos de alimentación de los trabajadores. No se recomienda emplear a trabajadores con trastornos psicológicos o neurológicos en trabajos relacionados con la exposición al manganeso. Las carencias nutricionales pueden predisponer a la anemia y, por tanto, aumentar la susceptibilidad al manganeso. Por este motivo, los trabajadores que presenten este tipo de deficiencias deberán mantenerse bajo estricta vigilancia. Las personas que padezcan estados anémicos deberán evitar la exposición al manganeso mientras persista esa situación. Lo mismo ocurre con las personas que padecen lesiones de los órganos excretores o procesos respiratorios obstructivos crónicos. Un estudio indica que la exposición prolongada al manganeso puede contribuir al desarrollo de neumopatías crónicas de carácter obstructivo, sobre todo si la exposición se asocia con el hábito de fumar. Por otro lado, los pulmones dañados pueden ser más susceptibles a los efectos agudos potenciales de los aerosoles de manganeso.
La vigilancia de la salud supone que el trabajador deberá someterse a una exploración clínica que permitirá detectar alteraciones psicomotoras y signos neurológicos precoces. El manganeso puede determinarse en sangre, orina, heces y pelo. Con todo, la valoración de la exposición de los trabajadores al manganeso se sigue realizando a partir de los niveles de manganeso en el ambiente. Además, existe muy poca información fidedigna sobre la correlación entre el nivel de manganeso en la sangre y la orina y el desarrollo de signos y síntomas neurológicos.
Como medida cautelar, las personas que presenten signos de intoxicación por manganeso deberán retirarse de la fuente de exposición. Si esta separación del trabajador se realiza inmediatamente después de la aparición de los síntomas (antes de que se instaure un estado patente de manganismo), muchos de los signos y síntomas remitirán. Con todo, pueden quedar algunas alteraciones residuales, especialmente en el habla y en la deambulación.
© Manuel Domene Cintas. Periodista.
DESPIECE
Plomo: alteraciones cognitivas
El manganeso como antidetonante para las gasolinas viene a sustituir a un viejo conocido, también nocivo, como es el plomo. El principal riesgo del plomo es su toxicidad, causa de una de las enfermedades profesionales más importantes. Son muchas las profesiones en las que puede haber una exposición al plomo.
La principal vía de entrada es el aparato respiratorio. El grado de absorción depende de la proporción de polvo en forma de partículas de un tamaño inferior a 5 micras y del volumen/minuto respiratorio del trabajador. Una mala higiene en el trabajo o el hábito de fumar durante el mismo (contaminación del tabaco o de las manos) pueden aumentar considerablemente la exposición, sobre todo por vía oral.
El plomo interfiere con la función celular normal y con varios procesos fisiológicos. Cabe destacar que el destino más sensible de intoxicación por plomo es el sistema nervioso. Los efectos de la intoxicación por plomo se manifiestan en cambios de conducta sutiles, fatiga y problemas de concentración. La intoxicación grave puede desencadenar una encefalopatía, que puede producir, de forma repentina, convulsiones, alteraciones de la consciencia, coma y la muerte. Las lesiones del sistema nervioso periférico afectan claramente a las funciones motrices. La intoxicación por plomo también genera desórdenes hematológicos (anemia), renales (nefropatía) y del sistema endocrino.
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Para el portal alemán de empleo Jobsintown.de, el de gasolinero no es uno de los mejores empleos. Su slogan: “La vida es muy corta para equivocarse de trabajo”
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Este gesto tan habitual para millones de ciudadanos no es saludable. La causa: los aerosoles de compuestos organo-metálicos, a base de plomo o manganeso, presentes en las gasolinas
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La manipulación de combustibles y otros productos químicos peligrosos requiere conocimientos y, sobre todo, equipo de protección adecuado. (Foto gentileza de Showa)