La empresa saludable
es una tendencia en boga tanto en la
propia gestión de recursos humanos
como en la literatura que se genera
y fluye por todos lados. Mejorar la salud
psico-física de los trabajadores es una buena práctica de las empresas saludables. Sin embargo, el concepto
de organización saludable es más extenso. Conviene pues describir
el ‘core-business’ o núcleo de la
empresa saludable genérica para conocer las posibles áreas de mejora en
nuestras empresas, pymes en su mayoría.
Es la condición
necesaria, e implica que la empresa se haya marcado como un imperativo moral crear unas condiciones de trabajo que preserven la
salud física y mental, la seguridad y el bienestar de los trabajadores. La ética empresarial se manifestará
a través de:
-Cultura y liderazgo
preventivos. La seguridad y la salud son valores defendidos en la organización, que movilizan, en primer
lugar, a quienes ejercen funciones de liderazgo.
-Compromiso,
participación y comunicación. Son los ‘ingredientes’
que llevarán a la organización a conquistar metas loables o a fracasar en el
intento de convertirse en empresa
saludable. Desde la cúspide directiva hasta las bases debe existir un compromiso con el proyecto saludable,
que se reforzará con la participación
activa de todos los miembros de la organización, que se expresará a través de
los cauces de comunicación que se
hayan establecido.
Otros atributos de
las empresas saludables
-‘Viveros’ de
talento. El interés en el desarrollo de las personas es la mejor manera de
fidelizarlas en la organización.
-Agentes de igualdad
y diversidad. Admitiendo que somos diferentes, esta política primará la eliminación de barreras entre hombres y
mujeres, además de integrar la
variable de género en lo relativo a la seguridad
y salud laboral. Dicho con ejemplos, no tienen sentido las discriminaciones
salariales basadas en el género. En cambio, es razonable la prevención laboral
basada en la especificidad de género: no se lesionan de la misma manera hombres
y mujeres, como tampoco usarán la misma talla de camisa o de zapatos.
-Resilientes y
exitosas. Las organizaciones saludables prueban la bondad de sus políticas a través del éxito de sus proyectos. En la práctica, son organizaciones con
capacidad para hacer frente a los
cambios, adaptándose a la incertidumbre y las situaciones de crisis. La
superación de esos eventos mejora su experiencia
de gestión, que se convierte en un arma estratégica de continuidad y progreso.
La OMS define la promoción de la salud como “el proceso que permite a las personas incrementar el control sobre su salud para mejorarla”
¿Por dónde empezar?
Cuando seguimos dándole vueltas a la evaluación de riesgos, que es el abc preventivo, no nos podemos
plantear que la masa empresarial del país adopte perfiles completos de empresa
saludable. Sin embargo, sí pueden iniciarse en lo básico –con gran potencial propagandístico- como es la promoción de la salud.
Ninguna empresa puede abstenerse: las pymes también pueden implantar modelos de
empresa saludable. Empresa
saludable es la que tiene entre sus objetivos ayudar a sus miembros a mantener un tono vital corporal y mental
sano. La prevención y la calidad de vida laboral son posibles tanto en
grandes como en pequeñas empresas. No hacer nada es la peor de las opciones, lo
que provoca bajo rendimiento y absentismo laboral. La OMS define la
promoción de la salud como “el proceso que permite a las personas incrementar el control sobre su salud para
mejorarla”, entendiendo la salud como “el estado completo de bienestar físico, psicológico y social,
y no sólo la ausencia de enfermedad”.
Para mejorar la salud física y mental en las pymes basta con promover un
estilo de vida saludable, junto a la
consabida prevención de los
riesgos laborales. La OMS contempla un patrón de
empresa saludable a partir de indicadores como la salud y seguridad del propio espacio
físico de trabajo, del medio
psicosocial (incluyendo la organización del mismo), de los recursos de salud personales en los
lugares de trabajo, o de la promoción
del bienestar de los trabajadores y sus familias, etc.
Algunas opciones asequibles pueden ser:
-Campañas
pro-salud. Conciencian sobre el riesgo cardiovascular, importancia de la nutrición
equilibrada y saludable y del consumo 0,0 de alcohol, tabaco o sustancias.
-Competiciones
deportivas. Mejoran la salud y los vínculos interpersonales del equipo.
Frenar los problemas del sobrepeso y las enfermedades
cardiovasculares entre los trabajadores justifica las buenas prácticas que
siguen cada vez más empresas. En este caso, no es descabellado afirmar que el fin justifica las buenas prácticas.
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