Las personas tóxicas resultan nocivas para los que les rodean, en el ámbito laboral o en cualquier otro. Con frecuencia, los espacios laborales negativos resultan del contagio que disgregan los ‘tóxicos’. La adecuada gestión de estas personas preservará la salud de la organización.
Los tóxicos se delatan por su propio comportamiento: el patrón general de estas personas es hablar excesivamente de sí mismas olvidando a su interlocutor. Con una tendencia a la queja, difunden un discurso pesimista y negativo. Acostumbran a convertir en un drama las situaciones más cotidianas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario