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martes, 4 de febrero de 2020

Abordar y combatir el tabú del cáncer desde la empresa



Un trabajador pasa buena parte de su jornada laboral en su empresa, que deviene no sólo el lugar para hacer salud, sino el ámbito para brindar apoyo cuando ésta se deteriora, especialmente en el caso de enfermedades tabú como el cáncer.
La Gestión de la Prevención del Cáncer pasa por aplicar buenas prácticas y conocimiento por parte de la empresa cuando se diagnostica un cáncer, enfermedad que puede llegar a padecer alrededor del 50% de la población adulta. En muchos casos, la enfermedad puede tener un origen claramente laboral.

La buena noticia es la mejora del diagnóstico de la enfermedad y el alto porcentaje de supervivencia que, en España, se ha multiplicado por tres desde los años setenta.

Enfocando la enfermedad
La prevención tiene su gran aliado en el conocimiento. He aquí algunas lecturas interesantes que hacen los expertos:
-La Asociación Española contra el Cáncer (AECC) pone el acento en la prevención y el apoyo psicológico. “Todos somos –dicen desde AECC- agentes del cambio trabajando para la prevención. Un millón y medio de españoles padecen esta enfermedad. Gestionar intangibles como la prevención tiene un retorno importante para la sociedad. De ahí que la Asociación, que promueve la prevención y el apoyo de los enfermos, sea un aliado en temas de empresa saludable y, por tanto, abierta a colaborar con los responsables de prevención de las empresas”.
-Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el cáncer es la primera causa de mortalidad. La incidencia (casos nuevos de cáncer) en España en 2012 fue de 215.534 casos (alrededor de 2/3 partes en pacientes ≥ 65 años), con una tasa estandarizada por edad de 215,5 casos por 100.000 habitantes y año, y un riesgo de presentar cáncer antes de los 75 años del 25,1%. La predicción para 2015 fue de 227.076 casos, con un crecimiento que afectaba especialmente a la franja de edad por encima de los 65 años.
En 2017, los nuevos casos estimados de cáncer en España fueron 228.482 y para 2035 se estima que habrá 315.413 nuevos casos de cáncer. En España, el cáncer es una de las principales causas de morbilidad. Uno de cada tres españoles desarrollará un cáncer a lo largo de su vida.
Con datos de 2010-2011, la OIT estimó que se produjeron 2,3 millones de fallecimientos anuales en el mundo atribuibles a la actividad laboral, de los cuales, el 29% (666.000) se debieron a cánceres de origen laboral.

La vertiente médica, psicológica y socio-laboral
La psico-oncología nos muestra una constante derivada de la casuística: el cáncer causa muchas víctimas directas e indirectas. Veamos los frentes que abre la enfermedad:

·Aspectos médicos
Cada día se diagnostican en España más de 500 casos (227.000 anuales), con un gran impacto por víctimas directas e indirectas (familiares). Las localizaciones más frecuentes son: próstata, pulmón, colon-recto (hombres), mama, colon-recto, útero (mujeres), siendo el cáncer colo-rectal el más prevalente en ambos sexos.
El cáncer abarca más de 200 enfermedades cuyo denominador común es la multiplicación celular anómala y su diseminación por el resto del organismo, lo que puede ocasionar la metástasis. El origen de la enfermedad cabe atribuirlo en un 75-80% de los casos a agentes externos, siendo factores de riesgo las exposiciones físicas, químicas y biológicas. Los tratamientos (cirugía, quimio, radioterapia u otros) pueden llevar de un año y medio a dos años, transcurridos los cuales sólo algunos de los pacientes podrán volver a trabajar.

·Área psicológica
El miedo, la incertidumbre y la angustia acompañan a esta enfermedad en la que el paciente se pregunta también cómo le afectará en su trabajo. Los diagnosticados pasan por distintas fases, que incluyen indefectiblemente la negación de la enfermedad y un sentimiento posterior de ruptura o truncamiento del proyecto de vida. La psico-oncología recomienda que el trato de los pacientes por parte de sus compañeros siga siendo el mismo que observaban antes de que se produjera el diagnóstico. La persona no ha cambiado, por lo tanto hay que mantener la normalidad: escuchar, llamar, visitar, evitando en lo posible el distanciamiento. La reincorporación es delicada; una enfermedad de este tipo cambia la vida/valores, los enfermos no se sienten igual que antes en el trabajo, se esfuerzan por rendir pero no pueden (quimioterapia y capacidad cognitiva mermada); aparecen sentimientos de tristeza y percepción de no ser entendido y de que nadie sabe por lo que está pasando. Por todo ello, es necesaria una intervención temprana en la reincorporación siempre sobre la base de una buena acogida del reincorporado al puesto de trabajo. La sensibilidad y el tacto de las empresas son fundamentales en este momento delicado: el trabajador debe sentirse respaldado, pero no atosigado, hecho que ha conducido, en ocasiones, a la interposición de demandas.

·El problema socio-laboral
En este ámbito, un diagnóstico de cáncer desencadena situaciones que son fuente de malestar añadido:
-Angustia de compartir el diagnóstico, miedo al despido (o ser marginados en la empresa)
-Impacto económico negativo de la baja laboral sobre la economía familiar
-Incertidumbre ante la reincorporación por las posibles limitaciones físicas, entre otras múltiples razones
-Seguimiento y revisiones periódicas (con la angustia que puede generar una mala evolución de la enfermedad)
-Estigmatización que produce el grado de discapacidad resultante de la enfermedad
-Sentimiento de angustia familiar cuando no se puede acompañar al paciente durante el proceso (visitas de seguimiento, cambio de pronóstico).

Cáncer laboral, un drama poco reconocido
El cáncer es ya la principal causa de la muerte “por las condiciones de trabajo” en Europa. Según UGT, en nuestro país “los cánceres de origen laboral son invisibles. Hasta el mes de noviembre de 2017, únicamente se han declarado 50 enfermedades profesionales causadas por agentes cancerígenos, hay, por tanto, una clara infradeclaración, lo que ocasiona un grave perjuicio, no sólo para la persona trabajadora afectada y sus familias, sino para la sociedad en su conjunto”.
El panorama en España en este capítulo muestra luces y sombras:
·Cáncer de pulmón, admitida en el cuadro de  EPs
En junio de 2018, el Consejo de Ministros aprobaba el Real Decreto 257/2018 (cuadro de Enfermedades Profesionales -EP- del sistema de la Seguridad Social) con el objeto de incorporar al mismo el cáncer de pulmón en trabajos expuestos a la inhalación de polvo de sílice. La inclusión entre las EP supone la aceptación de las evidencias científicas de que el polvo respirable de sílice libre es susceptible de provocar cáncer de pulmón.
En su tramitación, el RD fue informado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y por la Comisión Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo. Además, se sometió al trámite de audiencia e información pública mediante su publicación en la web del Ministerio de Empleo y Seguridad Social y de audiencia directa a los agentes sociales.
La sílice cristalina, que se encuentra en la arena, grava, arcilla, piedra, etc.,  y se libera en numerosas operaciones de construcción, es una de las causas pre-valentes de cáncer de pulmón. Casi el 20% de la fuerza laboral en la industria de la construcción y afines está expuesta regularmente al polvo de sílice cristalina. En contacto con la piel provoca abrasión mecánica, daño a los ojos y lesiones oculares. Su inhalación puede causar irritación de la nariz, la garganta y las vías respiratorias. La exposición crónica a partículas de polvo inhalables (se depositan en los pulmones) puede producir silicosis, dolencia incluida en la lista de E. P. Cabe puntualizar que estudios recientes han llevado a la IARC a clasificar el polvo de sílice como carcinogénico del grupo 1. De hecho, la sílice cristalina está considerada como el tercer agente carcinogénico más frecuente en el trabajo según CAREX (CARcinogen EXposure).
·El 40% de los españoles llegará a desarrollar un cáncer de piel
Cada año se diagnostican 150.000 casos nuevos de cáncer de piel, enfermedad que causó 600 muertes en 2016. “Cuatro de cada diez españoles sufrirá de cáncer de piel a lo largo de su vida”, advierte el director del Instituto Médico Ricart.
El facultativo explica que el melanoma, el tumor más extendido, es también el tipo de cáncer de piel más maligno, habiéndose constatado un incremento en los diagnósticos del mismo en torno al 40% en los últimos cuatro años. La exposición al sol es el principal factor de riesgo. Haber padecido más de tres quemaduras solares durante la infancia multiplica el riesgo de aparición de melanoma maligno. También aumenta la probabilidad de riesgo en personas con múltiples lunares o con antecedentes familiares de melanoma.
Para evitar el foto-envejecimiento y la fotodermatosis (y, en última instancia, el cáncer de piel, el más frecuente por su creciente incidencia), debemos recurrir a cremas solares que, como foto-protectores, tienen la consideración de EPI sujetos al Reglamento (CE) 1223/2009 del Parlamento Europeo. El factor de protección solar (FPS) mínimo será el 15, debiendo aplicar la crema de forma correcta (35 gramos). Y no olvidemos que las cremas solares envejecen y caducan porque pierden su eficacia.

Información elaborada con el patrocinio de Mape Seguridad Laboral

1 comentario:

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