Las circunstancias que han dado origen a esta singular sentencia se remontan a febrero de 2013, día en que un técnico de seguridad de la empresa TSO,
especialista en construcción y renovación de vías férreas y catenarias, se hallaba
desplazado en viaje de trabajo en la
población de Meuret-sur-Loire. A primeras horas de la noche, el trabajador murió a consecuencias de un infarto.
Ésa es una contingencia ordinaria que afecta a cientos de trabajadores. Lo
que resultó extraordinario fue el escenario del hecho: el empleado
fallecía mientras mantenía relaciones
sexuales con una mujer que había conocido horas antes.
Un tribunal de primera
instancia consideró el fallecimiento un
accidente laboral, aunque la empresa
apeló por considerar que el desenlace “no
fue causa del trabajo sino del acto sexual”. No obstante, el Tribunal de Apelaciones ha considerado
que todo empleado que se encuentra
en un desplazamiento de trabajo
tiene derecho a la protección prevista por el artículo L411-1 del
código de la seguridad social. Para
el Tribunal, poco importa que el accidente se hubiera producido durante la
ejecución de un acto profesional o un acto de la vida cotidiana.
TSO, considerada
responsable, deberá abonar el 80% del salario a la viuda
del fallecido hasta la fecha en que éste se hubiera jubilado.
Todo trabajador que se encuentra desplazado de su lugar de residencia por motivos laborales tiene derecho a la protección tanto en actos profesionales como de la vida ordinaria
¿Combatir el aburrimiento ‘in missio’?
Es obvio que un trabajador
desplazado de su hogar por causas
laborales puede sentirse aburrido o
solo, y buscar compañía como hizo el protagonista del texto precedente. ¿Es
responsable la empresa de la conducta del trabajador? Seguramente no. ¿Pueden
hacer algo las empresas para aliviar la soledad de sus empleados
desplazados? Definitivamente sí: pueden sugerir
opciones de ocupación del tiempo libre (algunos pensarán que es una
intrusión en la vida privada del empleado), o pueden desarrollar políticas de entrenamiento en felicidad, de manera que
los empleados sean capaces de gestionar, con dominio propio, sus emociones cuando están, por ejemplo,
desplazados ‘in missio’, así como en cualquier otra circunstancia laboral.
El cerebro humano puede entrenarse para la felicidad de forma
lúdica, y el “Juego de la Felicidad” es una opción.
Entrenar en felicidad

Los comentarios de
algunos usuarios son elocuentes: “El Juego de la Felicidad va más allá de un
simple juego o libro. Es una especie de guía
o maestro que te enseña a ser feliz. Y lo hace de forma lúdica y amena. Mientras te diviertes,
aprendes 52 maneras de aumentar tu
felicidad que puedes incorporar fácilmente a tu vida”.

En un contexto lúdico tan sencillo como el
Juego de la Oca, el Juego de la
Felicidad nos permite integrar y
entrenar las actitudes, hábitos y principios que sientan las bases de una vida feliz a partir de
criterios científicos. Por ello, se incluye
un libro que resume los 52 aspectos
que más influyen en una vida feliz, mostrándolos de manera clara y
práctica. Los jugadores tendrán hasta 7
formas distintas de jugar (y entrenar) su felicidad.
A buen seguro que una mente entrenada en los secretos de la
felicidad no buscará soluciones de corto
recorrido para situaciones de soledad o aburrimiento puntuales.
Información elaborada con el patrocinio de Mape
Seguridad Laboral www.mape.es
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