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miércoles, 12 de junio de 2019

Temperatura ideal en la oficina, objetivo (casi) imposible

Estamos en junio y las temperaturas se sitúan en valores pre-veraniegos. El calor estival está en ciernes y, con él, el debate permanente en la oficina sobre el confort térmico aceptable para todos.
Tener a los trabajadores de una oficina satisfechos en cuestión térmica (ni frío ni calor) no es una tarea sencilla. Los que trabajan en una oficina saben lo frecuentes que son las disputas porque unos sienten frío mientras que otros dicen pasar calor. A nadie le satisface tener que abrigarse un día de verano para poder soportar el aire acondicionado. O haber de ir liberándose de capas (de ropa) en invierno para compensar el sofocante calor de un local.



Según datos que manejan los expertos en cambio climático, el escenario de discusión sobre confort climático es más probable entre las mujeres. Los sistemas de control climático en los edificios de oficinas se ajustan frecuentemente a una vieja fórmula basada en el confort térmico de los hombres. Este sesgo basado en el género supone, según diversos autores, un desperdicio de energía. Repasemos algunos conceptos.

¿Qué entendemos por confort térmico?
El confort térmico depende de factores ambientales como son la temperatura y la humedad; se expresa mediante una ecuación, en la que el valor 0 indicaría ese estado ideal térmicamente hablando. Para explicarlo de forma sencilla, basta decir que una gran parte del calor que posee el cuerpo humano se disipa por evaporación a través de la piel. El funcionamiento de estos mecanismos termo-reguladores fisiológicos nos permite mantener una temperatura estable compatible con una actividad física normal y eficiente. Cualquier factor que aumente la temperatura y la humedad corporal va en detrimento del confort térmico.
Muchos sistemas de aire acondicionado controlan exclusivamente la temperatura del aire. Sin embargo, nuestro modo de intercambiar calor con el entorno circundante depende de una serie de factores ambientales, además de la temperatura.
Los ingenieros y ergónomos tienen que considerar variables como la humedad, movimiento del aire (velocidad), la temperatura radiante (todo lo que está influyendo en el entorno inmediato a la persona), la temperatura de las cosas que nos rodean. En la década de los 70, Ole Fanger, ingeniero danés, desarrolló un modelo para determinar la combinación de variables ambientales que encontramos como confortables.
La humedad controlada en el lugar de trabajo debe ser evaluada como un importante medio para aumentar el bienestar y para la potencial reducción de los riesgos de salud
Los experimentos de Fanger establecieron que ningún ambiente térmico de oficina es adecuado para satisfacer a todo el mundo. Ello se debe a que el intercambio de calor depende de factores individuales como la talla corporal (por tanto, la superficie corporal), la tasa metabólica (que determina la producción metabólica de calor), y el aislamiento tisular (relacionado con la cantidad de grasa corporal).
Incluso antes de Fanger, se sabía que con las bajas velocidades del aire de las oficinas, el intercambio de calor radiante era más importante que el de calor convectivo. Dicho de otro modo, la temperatura radiante es más importante para el confort térmico que la temperatura del aire. Por tanto, podríamos afirmar con rotundidad que los edificios de oficinas deberían de contar con acondicionadores de las paredes más que con acondicionadores del aire, puesto que molesta más el calor radiante de las paredes, que el aire caliente.

En la vivencia cotidiana se constata que si el termostato está fijado para las necesidades masculinas (como suele ocurrir), la temperatura del aire será demasiado baja para las mujeres. Las mujeres tienen una complexión física inferior, por tanto generan menos calor metabólico que los hombres, y no se sentirán cómodas en invierno a las temperaturas que suelen sentirse cómodos los hombres. Del mismo modo, si el termostato se ajusta para las necesidades de los europeos, resultará demasiado bajo para los asiáticos por su peso, de promedio, un 30% inferior al de los europeos. Así, en donde se utiliza el aire acondicionado para refrigerar, fijar el termostato para satisfacer a personas corpulentas en tiempo cálido hará que las personas de talla más reducida sientan frío.

Influencia de la humedad en la salud y el rendimiento
El confort térmico en la oficina depende ineludiblemente del grado de humedad. Los humidificadores tienen un efecto positivo sobre la salud. En un estudio de 2 años, el Fraunhofer Institute for Industrial Engineering IAO observó la importancia y el efecto de la humedad en oficinas de trabajo. Los resultados concluyeron que el aire seco causa problemas en diversos grados a los trabajadores. Junto a la acústica y la iluminación, el clima interior es uno de los factores del entorno de trabajo que puede tener un efecto directo en el bienestar, el rendimiento y la salud. El clima interior está determinado principalmente por la humedad relativa y la temperatura del lugar. Un tercio de los oficinistas considera la humedad en su lugar de trabajo como la principal fuente de molestias (estudio SBIB, Lucerne 2010). Sin embargo, todavía no existen requisitos legales o valores estándar para la humedad en los edificios. El proyecto investigador “Office 21®” se ha ocupado del tema.
·Clima interior refrescante
Los test se llevaron a cabo en el Workspace Innovation Lab del Instituto Fraunhofer. En un espacio cerrado se emplearon tres humidificadores (DRAABE NanoFog Evolution) para regular la humedad del aire de la habitación. Este sistema humidificador estuvo en funcionamiento (on) y parado (off) de manera alternativa para que los científicos comparasen los resultados de dicho ‘on’ y ‘off’ con otras áreas del edificio sin humidificación.
Como se esperaba, los resultados mostraron grandes diferencias en los diferentes espacios respecto a la percepción de la humedad: con humidificación activa, ninguno de los entrevistados manifestó que la humedad se percibiera como demasiado baja. Sin embargo, cuando se desactivaba el humidificador, un 44% de encuestados la consideraba como demasiado baja. Un aumento de la humedad relativa desde el 28,5% al 38,5% producía una percepción positiva en los trabajadores de la oficina. De hecho, el 54% de los entrevistados encontró que los humidificadores directos eran muy refrescantes. Sólo el 33% hizo la misma observación (ambiente fresco) cuando la humidificación directa de la habitación estaba inactiva.

La falta de humedad en el aire de la oficina es causa de problemas como:
·Sequedad ocular
Dado que el trabajo de oficina incluye siempre el uso de pantallas de ordenador, la potencial molestia ocular está considerada como un factor determinante en el desempeño de las personas. La investigación de los síntomas de los “ojos ardientes” muestra claras diferencias entre los espacios en función de la humidificación: el 41% de los encuestados en oficinas sin humidificación del aire confirmaron sufrir los síntomas de los ‘ojos ardientes’ con frecuencia. Cuando la humidificación estaba operativa, los síntomas se reducían casi a la mitad. Sólo el 23% de los trabajadores decía entonces sufrir frecuentemente las molestias oculares por sequedad del ojo.
·Sequedad de membranas mucosas
Las membranas mucosas del sistema respiratorio (nariz, bronquios, pulmones) desempeñan una importante función protectora y de auto-limpieza. La viscosidad de las membranas mucosas es crucial para la rapidez de la eliminación de los gérmenes. Cuanto antes se eliminan del cuerpo, menor es el riesgo de enfermedad. Estudios clínicos ratifican el criterio de que la humedad del aire afecta a la viscosidad de las membranas mucosas. Igual que ocurre con el asunto de los ‘ojos ardientes’, los encuestados mostraban diferentes grados de aprobación: el 54% de los empleados en oficinas sin humidificación del aire coinciden en que padecen con frecuencia el problema de sequedad de las vías respiratorias. En lugares con humidificación las quejas sobre la sequedad de las vías aéreas se redujeron hasta el 35%.
·Problemas de voz
Especialmente para personas que hacen un uso profesional de la voz (actores, locutores, docentes), el continuo ejercicio de las cuerdas vocales aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades de la voz. Por ejemplo, el 60% de los empleados de call-centers padecen frecuentemente agotamiento vocal y otros problemas asociados. En lugares sin humidificación casi un tercio (29% de los encuestados) padece frecuentemente problemas relativos a la voz y el aparato fonador. Por el contrario, si el aire está humedecido continuamente, sólo el 18% se queja de problemas con la voz
En consecuencia, el estudio confirma una influencia de la humedad del aire en la irritación ocular, sequedad de las membranas mucosas y problemas de voz. Para esta sintomatología, los trabajadores de oficinas con humidificación directa expresaron menos quejas. La humedad controlada en el lugar de trabajo debe ser evaluada como un importante medio para aumentar el bienestar y para la potencial reducción de los riesgos de salud. El uso de humidificación adicional tiene un efecto positivo en el rendimiento/salud de los trabajadores.

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