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martes, 16 de abril de 2019

Uso profesional de la voz

A nadie le gusta quedarse afónico o padecer alguna de las afecciones que impiden el uso de nuestro aparato fonador, es decir la voz. El problema tiene mayor trascendencia entre los docentes y, en general, los profesionales de la voz. Por ello, en este post abordamos el aspecto preventivo para hacer un uso profesional de la capacidad vocal.


El 16 de abril se celebra en todo el mundo el Día Mundial de la Voz con el objetivo de crear conciencia sobre la importancia del cuidado de la voz y la detección oportuna de las enfermedades que afectan a las cuerdas vocales.

Sintomatología y actuación precoz
Sea cual sea el origen de la patología de voz (disfonía), aparece un patrón sintomático que puede incluir el carraspeo, necesidad de aclarar-despejar la laringe tosiendo, aparición de secreciones abundantes, sensación de cuerpos extraños u hormigueo en la garganta, sensación de dificultad fonadora que requiere un esfuerzo para producir los sonidos (debilidad de la voz), falta de control en la intensidad o el tono, voz rota o ronca, dificultad para hacerse entender o mantener la capacidad vocal hasta el final de la jornada… 
La prevención se ejercerá en tres ámbitos: condiciones ambientales, organizativas, e individuales, cuyo control permitirá hacer un uso profesional de la voz
 Otros síntomas menos específicos pueden ser el dolor y tensión en el cuello y la parte alta del hombro, o pinchazos en la zona anterior o lateral del cuello.
El protocolo de actuación exige la visita al otorrinolaringólogo si los síntomas no remiten en un par de semanas. Este tipo de afecciones tienen tratamiento y son curables, siempre que tengan un diagnóstico oportuno. Hasta el 80% de los trastornos se corrigen con rehabilitación vocal (terapia de la voz); en algunos de los casos se requerirá tratamiento médico, o bien quirúrgico.

Mejor prevenir
La prevención se ejercerá en tres ámbitos: condiciones ambientales, organizativas, e individuales, cuyo control permitirá hacer un uso profesional de la voz.
-Ambientales. Se requiere gestionar factores como la humedad, ventilación, corrientes de aire, polvo en suspensión, químicos aero-dispersos, ruido ambiental.
-Organizativas. Hay que distribuir las tareas para evitar la sobrecarga, siendo conveniente utilizar los medios técnicos disponibles hoy día.
Todas las medidas preventivas son necesarias, aunque enfatizaremos aquí algunas medidas de carácter individual encaminadas a proteger la función vocal haciendo un uso profesional de la misma. Entre éstas:
-Evitar hablar por encima del ruido ambiental. Hablar pausadamente sin forzar la voz.
-Evitar hablar de manera prolongada, a larga distancia y en el exterior. En el caso del profesorado, se pueden delegar tareas vocales en los alumnos, usar la pizarra o hacer pausas de voz.
-Acortar las distancias entre el hablante y su auditorio, conformando éste en forma de U, cuando sea posible. Los profesores pueden impartir parte del tiempo de clase desde el centro del aula.
-Conocer los propios límites relativos al tono y la intensidad de la voz, siendo conveniente el aprendizaje de técnicas de proyección vocal para producir la fonación con un soporte muscular adecuado e independiente de la garganta.
-Evitar la tos, procurando al mismo tiempo beber agua lentamente, así como relajar la garganta mediante el bostezo.
-Reducir la tensión de los músculos de la cara, el cuello, los hombros y la garganta con técnicas y ejercicios de relajación específicos, evitando tensar o apretar los dientes, la mandíbula o la lengua durante la fonación.
-Formarse en técnicas respiratorias adecuadas para favorecer la fonación (relajación corporal).
-Adoptar posturas correctas; es decir proyectando siempre la voz hacia el auditorio (muchos profesores hablan mientras escriben en la pizarra).
-Introducir pausas de trabajo para evitar sobre-esfuerzos. También conviene detectar precozmente los signos de fatiga vocal que se han señalado al principio.
-Utilizar medios de amplificación de la voz, siempre que sea posible.
Como colofón, recordar que todos los profesionales de la voz deben efectuar controles periódicos, que la empresa debe facilitar. Los servicios de prevención de las empresas han de incluir en el examen de salud protocolos específicos de vigilancia de la salud por sobrecarga de la voz.

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