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jueves, 23 de mayo de 2019

El riesgo químico en las artes gráficas

Lo que conocemos por artes gráficas incluye la pre-impresión (tratamiento del texto y de la imagen), impresión en cualquiera de sus formas (offset en hoja, offset en bobina, huecograbado, serigrafía, flexografía, impresión digital), y post-impresión (limpieza, encuadernación, acabado y manipulaciones finales). El sector presenta los riesgos característicos de la actividad industrial. En este post abordaremos únicamente el riesgo químico asociado al proceso productivo.




Tintas y otros componentes
Las tintas de impresión (así como sus barnices y aditivos) constituyen un riesgo laboral en tanto que productos químicos. En el pasado, las tintas contenían metales pesados altamente tóxicos (mercurio, cadmio, plomo, cromo o cromato de plomo, etc.). La cada vez más exigente normativa, así como los compromisos de buenas prácticas asumidos por los propios fabricantes, hacen que los productos nocivos se hayan ido sustituyendo paulatinamente. Las tintas offset contienen diversas proporciones de otros componentes, como los agentes secantes, los agentes protectores de superficie (ceras sintéticas), los modificadores de fluidez, los emulsionantes agentes de carga, etc. que también entrañan riesgo laboral.

Manipulación de tintas
Las tintas y disolventes exigen la adopción de medidas estrictas de seguridad química, sujetas a una evaluación permanente del riesgo. La atención se centrará en:
-Utilizar tintas libres de componentes peligrosos (metales pesados u otros pigmentos peligrosos). Se primará el uso de tintas de base vegetal.
-Se dispondrá de sistemas automáticos de alimentación de tintas y barnices, mediante tuberías y bombas de aspiración, dotados de contadores de consumo de tinta combinados con sistemas de llenado automático que sustituyan la manipulación manual de tintas y eliminen la necesidad del operario de aproximarse para el control de la impresión. Esta medida se completará con el uso de sistemas automáticos de vaciado de cartuchos que sustituya la alimentación manual de recipientes de pequeño tamaño mediante espátula.
Prevenir el riesgo químico en el sector de las artes gráficas depende siempre de las sustancias utilizadas en el proceso productivo. Por ello, resulta fundamental llevar a cabo una Evaluación de Riesgos Laborales específica del riesgo químico (evaluación que debe actualizarse siempre que se introduzcan cambios en el proceso-instalación, etc.).

Ventilar bien un local, industria o taller no se limita al hecho de poner ventiladores, sino que se requiere un estudio concienzudo para captar cualquier emisión nociva en su foco (sin diseminarla por el ambiente)

Post-impresión
El riesgo derivado de las sustancias químicas no acaba con la fase de impresión. Un sub-proceso de la fase de post-impresión resulta particularmente crítico, pues incluye todas las operaciones de limpieza de los rodillos entintadores, tinteros, planchas de impresión, cilindros de impresión, cubetas, etc., partes que han sido impregnadas por las tintas, barnices, etc. Dicha limpieza se efectúa con disolventes cuando acaba la impresión o cuando se da un cambio de color porque los cilindros, la cubeta y las válvulas quedan impregnados de tintas inservibles. La limpieza de estas piezas se realiza de forma automática o manual con trapos y trozos de tela impregnados con disolventes orgánicos o con detergentes y con agua, en el caso de tintas en base acuosa (proceso que sustituye el uso de sustancias nocivas como son los disolventes).
Los disolventes orgánicos representan un grave riesgo higiénico, por lo que deben sustituirse por métodos alternativos y seguros: agua caliente, a presión, con detergente, cepillos, productos de limpieza basados en aceites vegetales (por ejemplo la soja). También puede recurrirse a los productos de limpieza basados en ciertas disoluciones acuosas, uso de agentes de limpieza de baja volatilidad (por ejemplo, vapor a presión).
La buena ventilación resulta vital, debiendo monitorizarse el correcto funcionamiento de sistema de extracción (cualquier fallo del mismo debe suponer la inmediata detención automática del proceso). Y, nuevamente, recordamos que ventilar bien un local, industria o taller no se limita al hecho de poner ventiladores, sino que se requiere un estudio concienzudo para captar cualquier emisión nociva en su foco (sin diseminarla por el ambiente).

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