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sábado, 5 de enero de 2019

Accidentes y enfermedades profesionales en el sector del juego


Existe la impresión generalizada de que el trabajo en el sector del juego (bingos y casinos) difiere de otros en cuanto a los factores de riesgo o la incidencia de las enfermedades profesionales (E. P.) y accidentes laborales. Esa apreciación equivocada ha propiciado la frecuente falta de medidas de prevención de riesgos laborales así como una preocupante falta de actuación por parte de las administraciones públicas y, por supuesto, de las empresas, que han querido imaginar, de manera interesada, unas situaciones poco menos que idílicas, sin más problemática que la derivada de las enfermedades comunes. En el sector del juego, los trabajadores se juegan su propia salud.

Baja siniestralidad
Entre los rasgos específicos del sector juego está su baja tasa de siniestralidad (aunque no es siniestralidad cero), a lo que hay que añadir la estabilidad en el empleo (más del 70% por ciento de los trabajadores son fijos, según un informe de UGT Madrid).
La central sindical recuerda que, en el sector del juego, “existen varios riesgos importantes (humo de tabaco, toxicidad de las monedas y billetes, iluminación, estrés, etc.), cuyo tratamiento no está siendo el más adecuado para conseguir su minimización o eliminación definitiva. Y que tienen capacidad de provocar daños a la salud de los trabajadores/as y, por tanto, de producir bajas laborales que afectarían a la productividad del sector y a la calidad de vida de sus trabajadores”.
Se reconoce como una debilidad actual la falta total de formación e información sobre Prevención de Riesgos Laborales entre los trabajadores del sector. Asimismo, una de las principales amenazas es la falta de libertad (o pocas posibilidades) para organizar el trabajo, no pudiendo decidir ni su ritmo (con márgenes muy estrictos y ajustados) ni sus descansos. Se estima que la reducción de la jornada laboral produciría una disminución importante de las bajas laborales, debidas fundamentalmente a la fatiga física y la carga mental que padecen los trabajadores del sector. Otros riesgos generalizados son el ruido, iluminación, temperatura, ventilación y climatización, trastornos musculo-esqueléticos, fatiga mental, turnicidad (cambio de turnos de trabajo) y trabajo nocturno, estrés por sobrecarga / trabajo monótono y repetitivo, acoso laboral / sexual. Destacamos algunos.
Los problemas de salud empiezan por la alteración de los hábitos alimentarios y, a largo plazo, con alteraciones más graves, que pueden ser gastro-intestinales, neuro-psíquicas y cardio-vasculares
Trabajo a turnos y nocturno
El ser humano es diurno: estamos ‘programados’ para trabajar de día y descansar de noche. Nuestro reloj biológico controla la fisiología y la bioquímica del organismo sobre un patrón cíclico de 24 horas (ciclo circadiano). El cambio de turno de trabajo y, especialmente, el trabajo en el turno de noche provocan una inversión del ciclo natural actividad-descanso, obligando a los trabajadores por turnos a ajustar sus funciones al periodo de actividad nocturna, algo contrario a nuestra propia naturaleza. Los efectos adversos del trabajo por turnos se incrementan con la edad, siendo el grupo crítico de edad (en promedio) el comprendido entre los 40 y los 50 años. El envejecimiento hace cada vez más difícil dormir durante el día.
·Alteración del sueño
La mayoría de los problemas de salud de las personas que trabajan por turnos tienen relación con la calidad del sueño. Nuestra predisposición a la actividad diurna hace que, al finalizar un turno de noche, el cuerpo no se encuentre, por lo general, predispuesto para el sueño. Esta falta de adaptación degenera, con el tiempo, en fatiga crónica, que puede provocar graves problemas de salud. El deterioro suele manifestarse, en primer lugar, por la alteración de los hábitos alimentarios y, más a largo plazo, con alteraciones más graves, que pueden ser gastro-intestinales, neuro-psíquicas y cardio-vasculares. Además, el trabajo por turnos puede interferir en la vida familiar y las relaciones sociales.

Estrés y estresores en juego
Los trabajadores de bingos y casinos tienen todas las cartas para que les toque lidiar con el estrés. Éste aparecerá, dependiendo de factores individuales, cuando la persona perciba que las demandas del entorno superan a sus capacidades para afrontarlas, y valore la situación como una amenaza. Entre los factores de estrés del colectivo encontramos:
·Estresores del ambiente físico
-Iluminación. Es común en casi todos los bingos y casinos la iluminación inadecuada, focos iluminando directamente a la cara y deslumbrando, con excesiva potencia, zonas de las mesas de juego en sombra, etc.
-Ruido. Las máquinas tragaperras producen un efecto negativo en la concentración de los crupieres y el aumento de errores en su trabajo.
-Temperatura. Es frecuente el uso inadecuado del aire acondicionado y la calefacción, los cambios bruscos de temperatura y la salida de chorros de aire enfocados directamente a las zonas donde están situados los crupieres, los jefes de mesa y los cajeros, errores de diseño comunes.
·Estresores de la tarea
-Sobrecarga laboral. Tiene un impacto directo en hábitos nocivos (alcohol, tabaco), incremento de la ansiedad, baja autoestima, fatiga, frecuencia cardiaca elevada y falta de satisfacción laboral.
·Estresores de la organización
-Conflicto/ambigüedad de rol. Falta de definición en las áreas de trabajo, objetivos y responsabilidades.
-Relaciones interpersonales. Convivencia estrecha con otros trabajadores, jefes, subalternos, etc.; reparto de propinas diferente por categorías.
-Promoción y desarrollo. Es un gran estresor si se ven truncadas las expectativas personales.
Ganarle la partida a estos estresores pasa por dejar de considerar al juego como un sector seguro.

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